Literatura china en la era digital: historia de una adaptación
El fenómeno de la literatura online lleva a la industria editorial del gigante asiático a explorar nuevos modelos de negocio
Apoquina uno un billete azul y tras recoger la vuelta empieza a leer en tapa dura. «Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera». Aunque quizá llegue el día en el que, con el monedero intacto, la siguiente frase diga: «Sea cual sea la suya o la de sus seres queridos, en el centro de salud mental X podemos ayudarles». La literatura lucha por adaptarse a la era digital y sobrevivir. En China, ha comenzado a oscilar hacia un modelo de negocio basado en la publicidad en lugar del pago por contenidos. Al menos la que se publica en internet, un sector que crece a un ritmo meteórico y maneja cifras inimaginables para la industria editorial tradicional: 14 escritores, 455 millones de lectores.
ByteDance , uno de los gigantes de la tecnología china –propietaria, por ejemplo, de la popular red social TikTok –, ha sido el último en dar el paso. Desde el año pasado, todas las novelas recomendadas en su plataforma Toutiao pueden leerse de manera gratuita. Así lo anunciaba la empresa en un comunicado, en el que explicaba que solo habrá que pagar por aquellas, «muy pocas», que lo exijan por imperativo contractual. ByteDance, además, planea integrar todas sus obras de ficción en una aplicación telefónica de nuevo cuño bautizada como Tomato Novel , la cual ya supera los 10 millones de usuarios diarios desde su lanzamiento en abril de 2019: un ritmo de crecimiento que no tiene nada de insólito en esta industria.
El fenómeno de la literatura online se ha disparado en China. Su mercado generó en 2019 ventas por valor de 15.300 millones de yuanes (1.980 millones de euros) y un informe de la firma iResearch estima que en 2020 podría haberse estirado hasta los 20.000. El número de lectores alcanzó en junio de 2019 los 455 millones, un aumento de 23 millones con respecto a diciembre de 2018. Esto se traduce en que casi la mitad de los internautas del país –o un tercio de la población total– han recurrido a este pasatiempo, de acuerdo a cifras oficiales recopiladas por la autoridad competente, el Centro de Información de Internet en China.
El cambio de modelo no ha logrado la cumbre del negocio
La literatura online, con sus tramas ligeras y su formato serializado, es particularmente popular entre aquellos nacidos de 1995 en adelante, jóvenes para quienes la lectura del clásico por excelencia de la tradición china y obra de cabecera de Mao Zedong , ‘Sueño en el pabellón rojo’, produce eso, sueño. «La mayor parte de estos contenidos no tienen un valor artístico destacable, pero se trata de un universo inabarcable por lo que siempre hay cosas por descubrir», apunta Guillermo Bravo , profesor de Literatura Contemporánea en la Universidad Normal Capital de Pekín y responsable de Mil Gotas , editorial especializada en narrativa oriental.
La decisión de ByteDance de ofrecer la mayor parte de su catálogo en abierto conecta con lo que empieza a ser una tendencia general en el sector, a medida que más plataformas optan por levantar sus muros de pago. Es el caso de Qi Mao , financiada por Baidu –el Google chino–; o Midu , la cual fue lanzada en mayo de 2018 y para octubre de ese mismo año ya había amasado inversiones por valor de 100 millones de dólares (91 millones de euros).
Este cambio de modelo, no obstante, todavía no ha alcanzado la cumbre del negocio. China Literature, uno de los primeros agregadores por tráfico, todavía apuesta por las suscripciones como principal fuente de ingresos. Este portal es propiedad de Tencent, otra muestra de que los gigantes tecnológicos chinos no han permanecido ajenos a esta nueva fiebre del oro literaria. El balance anual de China Literature , que cotiza en la Bolsa de Hong Kong desde 2017, refleja que en 2019 sus beneficios crecieron un 65% hasta los 8.436 millones de yuanes (1.080 millones de euros). Todo gracias a sus 8,1 millones de escritores, quienes producen 12,1 millones de obras para 219,7 millones de usuarios repartidos en varias plataformas.
Literatura en la época digital
Una de ellas es 17K , liderada por Xue Chou . Este joven empresario se adentró en la industria con un doble propósito: «hacer realidad mis ambiciones literarias» y «mejorar las condiciones económicas de los escritores». Años después, cree haberlo logrado. A su juicio, el éxito de la literatura online se debe a que portales como el suyo «han implantado un ecosistema que permite a los artistas ganarse la vida y mantener a sus familias por medio de la escritura». «Cuando hablamos de literatura online, en realidad deberíamos hablar de literatura de la era digital», apunta Xue Chou . «En comparación con la literatura de la era de la impresión tiene algunas características nuevas, como el espacio de texto y la interacción con los lectores, pero eso no afecta a su esencia: todo es literatura».
Su opinión coincide con la de uno de los nombres más celebrados de las letras chinas, Mo Yan . En 2013, el Premio Nobel declaró: «El estudio de la literatura contemporánea no puede ignorar los trabajos online, y la gente que los escribe tiene que ser tenida en cuenta». Esta gente son personas como Thomas Meng , quien describe su obra como similar a ‘Canción de fuego y hielo ’ o ‘ Trilogía del siglo ’, «aunque no soy tan bueno como Martin o Follett ». Ingeniero eléctrico de formación, su profesión le llevaba a pasar largas temporadas en remotas áreas montañosas, por lo que adquirió el hábito de escribir. Con el paso de los años, su afición pasó a ser un trabajo.
Ahora, Meng dedica 4 horas al día a escribir y 3 más a investigar otros textos. «Trabajo todos los días, también fines de semana y vacaciones, solo descanso si estoy enfermo», explica. Su dedicación le reporta un salario que, aunque irregular, oscila alrededor de los 30.000 yuanes (casi 4.000 euros). Meng sube un capítulo nuevo cada día, «como si fuera un periódico», el cual aguardan con impaciencia más de 20.000 suscriptores. Este esquema de trabajo no dista mucho del empleado por León Tolstói , cuya ‘ Anna Karenina ’ comenzó a publicarse como folletín en la revista ‘ Russki Véstnik’ en 1875. En el negocio de la literatura, como en la literatura misma, casi todo está ya inventado.