Tesoros míticos que aún no han sido encontrados
Los más aventureros puede que se atrevan a soñar con embarcarse en la búsqueda de estas fortunas perdidas
De niños, muchos lo han soñado: encontrar un tesoro . Pero para encontrarlo normalmente hay que lanzarse a buscarlo. Quo realiza una recopilación de tesoros míticos que todavía están en paradero desconocido y aquí los exponemos con una breve descripción por si alguien se anima a encontrarlos (y compartirlos, incluso...). ¡Suerte!
El tesoro de Lima
En 1820, la Corona española encargó al capitán inglés William Thompson custodiar gran parte de las riquezas de Perú ante el avance del movimiento independentista encabezado por José de San Martín. En lugar de ello, Thompson y sus hombres se apropiaron del botín y se cree que lo escondieron en algún lugar de la Isla de Coco, situada a 500 kilómetros de Costa Rica. Muchos han buscado sin éxito los cofres de Thompson, incluido el expresidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt.
El tesoro del lago Guatavita
El lago Guatavita, situado en la cordillera oriental de Colombia, es el lugar que originó la leyenda de El Dorado. En sus aguas, los indígenas Muiscas sumergían ofrendas de oro como símbolo de adoración a Chie , la diosa del agua. En la actualidad, parte de los tesoros del lago han sido recuperados y se exponen en el Museo del Oro de Bogotá, pero no se sabe a ciencia cierta si otras riquezas siguen escondidas bajo las aguas del Guatavita.
El oro de Atahualpa
En 1553, el conquistador español Francisco Pizarro exigió un rescate a cambio de la vida del emperador inca Atahualpa, que había sido acusado de fratricidio. El soberano cumplió la promesa de llenar una habitación de oro a cambio de ser liberado, pero Pizarro ordenó ejecutarlo igualmente, cuenta el artículo 'Atahualpa y el libro' de la Revista de Indias de Madrid. A modo de venganza, los incas robaron el oro y lo arrojaron supuestamente al lago andino Yanacocha, de donde no se ha recuperado.
El tesoro de la noche triste
Cuando los aztecas expulsaron a Hernán Cortés y a los conquistadores españoles de Tenochtitlan durante la conocida como Noche Triste, éstos trataron de reunir la mayor cantidad de oro rellenando sus armaduras. Aprovechando que la ciudad estaba rodeada por un lago, los aztecas arrojaron a muchos enemigos al agua, donde se ahogaron debido al peso del oro y las armaduras, de acuerdo al artículo 'A black Conquistador in México'. La actual Ciudad de México se encuentra cimentada sobre el emplazamiento original del lago, donde según la leyenda permanecen las riquezas.
El tesoro del capitán Kidd
La figura de Kidd el pirata, cuyo tesoro se encuentra en paradero desconocido desde hace 300 años, inspiró el personaje de John Silver el Largo en el libro «La isla del tesoro», de Robert Louis Stevenson . Antes de ir a la horca, Kidd escribió a las autoridades una carta con las coordenadas de la supuesta isla en el Mar de China donde escondía su supuesto tesoro.
Tesoro Jesse James
En 1930 falleció un anciano minero llamado Ben Morton . Había pasado años buscando en las montañas de Missouri el supuesto botín enterrado por el pistolero Jesse James. Entre sus pertenencias apareció un extraño documento que desde entonces ha sido conocido como El Mapa Wolf, ya que está presidido por la imagen de un lobo. Ben lo habría obtenido del sacerdote que dio la extremaunción a Frank James, el hermano de Jesse. El mapa resulta a todas luces indescifrable, y la opinión más extendida es que se trata de un fraude.
El tesoro de Yamashita
En 2017, tras setenta años de búsquedas infructuosas y cuando todos lo habían dejado por imposible, un grupo de filipinos se dispuso a perforar de nuevo la tierra con el sueño de hallar toneladas de oro y probar como cierta la leyenda del tesoro de Yamashita, supuestamente enterrado por las tropas japonesas al final de la II Guerra Mundial. Pero, de momento, no se sabe más.
«El tesoro de Yamashita ha formado parte de la cultura popular filipina desde la II Guerra Mundial y la leyenda creció gracias a pequeños descubrimientos de tesoros tras la posguerra, que alimentaron el sueño de hacer fortuna rápidamente», le explicaba a Efe el profesor de historia Ricardo Jose, de la Universidad de Filipinas (UP).
El hallazgo más importante fue el del cazador de tesoros Rogelio Roxas, quien en 1970 aseguró haber encontrado bajo tierra en Baguio un buda de oro, varios lingotes del valioso metal y piedras preciosas. Roxas fue encarcelado y el botín -según su testimonio- acabó en la caja fuerte del entonces presidente y posteriormente dictador Ferdinand Marcos, conocido por haber engrosado sus cuentas personales y las de su esposa Imelda con el equivalente a más de 7.000 millones de euros durante sus 21 años en el poder (1965-86).
«Existe la creencia popular de que Ferdinand se hizo rico tras apropiarse de parte del tesoro de Yamashita», asegura el profesor Jose, aunque opina que esto «es un rumor probablemente fomentado por los propios Marcos para ocultar que la mayoría de su fortuna fue sustraída de las arcas públicas».