El libro que ahora sería impublicable por antifeminista

La escritora germano-argentina Esther Vilar publicó en 1971 «El varón domado», en donde defendía que el hombre es oprimido por la mujer a través de estrategias de seducción

J. V.

El feminismo es un movimiento que, en los últimos años, ha penetrado en las sociedades avanzadas de una manera impepinable y que no tendrá vuelta atrás. El internacional #MeToo y las multitudinarias manifestaciones locales del Día de la Mujer o las protestas contra la sentencia provisional de La Manada así lo atestiguan. Muy organizado y proactivo, tiene en la lucha dialéctica su principal baza. Y no deja de dar la batalla en su búsqueda de la transversalidad y el cambio en hechos concretos más allá de la palabrería. Figuras de absolutamente todos los partidos políticos y condición se declaran abiertamente feministas. Así que, ¿podría tener encaje en la actualidad un libro que sostiene que el hombre es oprimido por la mujer usando estrategias de seducción ?

Esther Vilar (1935) es una controvertida escritora, hija de agricultores argentino-alemanes, que estudió Medicina en la Universidad de Buenos Aires. En 1960 se marchó a Alemania, de donde es originaria, para hacer la residencia en un hospital, continuando con sus estudios de máster en Sociología y Psicología. Se divorció dos veces y tuvo un hijo llamado Martin de su matrimonio con el filósofo Klaus Wagn . Pero, sobre todas las cosas, Vilar es conocida por ser la autora de «El varón domado» , una obra tan polémica y antifeminista que le valió hasta amenazas de muerte.

«El varón domado» fue un bestseller en 1971 y propone cosas de este calibre: «La mujer doma al hombre con trucos traidores para hacerle un esclavo sumiso, y luego lo lanza a la vida hostil para que gane dinero. Como contraprestación pone la vagina a su disposición a intervalos regulares». O « Las mujeres explotan a los hombres . Y, sin embargo, los varones son robustos, inteligentes, imaginativos, mientras que las mujeres son débiles, tontas y carecen de fantasía. Cómo es que, a pesar de ello, son las mujeres las que explotan a los hombres, y no a la inversa? ¿Será, tal vez, que el mundo está gobernado no por la capacidad, sino por los seres que no sirven más que para dominar , o sea, por las mujeres?». Evidentemente, el libro generó un amplio revuelo y puso a las feministas en su contra señalándola como opositora a la emancipación femenina por esa su tesis de que las mujeres dominan a los hombres siguiendo un patrón: «Sexo a cambio de manutención».

En Alemania, muchos aún recuerdan su legendario enfrentamiento con la más famosa de las feministas alemanas, Alice Schwarzer, en un programa del canal de televisión WDR en 1975. La revista alemana «Spiegel», tal como recoge DPA, escribió entonces: «Nunca dos personas se enfrentaron de una forma tan viva, si no feroz, tan personal, si no llena de odio, en la televisión alemana». Sin embargo, Vilar no se reconoce como antifeminista: «Quien critica a las mujeres, hace algo por ellas». Pocos años después, la autora dijo a «El País» que no era rica por «no haber caído en la trampa de la publicidad» y por haberse negado a las propuestas de películas sobre la doma de hombres o grabar discos. «De acuerdo, defiendo al hombre al tiempo que me burlo de él. Porque demuestra siempre que es cobarde, que se deja humillar, y mantiene una competitividad que le hunde. Mi feminismo es incomprendido , pero sólo muestro una de las muchas caras de la verdad», le dijo en 1981 a Rosa Rivas .

Las reflexiones del libro también incluyen cosas de este pelaje: «A diferencia de la mujer, el varón es hermoso, porque, a diferencia de la mujer, es un ser espiritual. Eso significa que el hombre tiene curiosidad (quiere saber cómo es el mundo que le rodea, y cómo funciona). Que piensa (obtiene inferencias de los datos que encuentra). Que es creador (hace cosas nuevas sobre la base de lo que conoce acerca de lo ya existente.) Que tiene sentimiento (el varón registra lo habitual, pero con los más sutiles matices, en su amplísima escala emocional, extraordinariamente rica de dimensiones. Y, además, crea o descubre nuevos valores emocionales y los hace accesibles a las demás personas mediante sensibles descripciones o ejemplificaciones artísticas). No hay duda de que de todas esas cualidades del varón la curiosidad es la más acusada. Se trata de una curiosidad tan diferente de la de la mujer que la cosa requiere imprescindiblemente algunos comentarios. La mujer no se interesa en principio más que por cosas que puede aprovechar directa y útilmente para sí misma. Cuando una mujer lee un artículo político, es mucho más probable que esté intentando capturar a un estudiante de Políticas que interesándose por la suerte de los chinos, los israelitas o los sudafricanos. Si consulta en un diccionario el artículo dedicado a un filósofo griego, eso no quiere decir que se le haya despertado repentinamente el interés por la filosofía griega, sino que necesita alguna palabra relacionada con aquel filósofo para resolver un crucigrama».

La autora, que renegó de la batalla dialéctica en estos temas al cabo de unos años, reconoció también a posteriori que no habría publicado el libro de saber su repercusión. «Yo pensé que tenía que escribir un libro así y que las personas iban a responder porque explicaba todo de manera lógica», reveló en 2007 en una entrevista con el diario suizo «Weltwoche». «Pero se dio todo distinto. Unos pocos se acercaron, pero la mayoría se volcó a lo opuesto, al movimiento feminista militante». Las amenazas no se quedaron ahí y, según cuenta, fue golpeada una vez por cuatro jóvenes mujeres en el baño de la biblioteca pública de Múnich . Abandonó Alemania junto a su pequeño hijo de un día al otro. Vivió en Suiza, luego Italia, Francia y España, Irlanda, Reino Unido...

En los últimos años, Vilar se dedicó sobre todo al teatro. Con piezas como «La sonrisa de la barracuda», «Speer» (sobre Albert Speer, el arquitecto del Tercer Reich), «Horario de una venganza» o «El discurso inaugural de la papisa americana». O el thriller erótico «Hablar y callar en Palermo» de 2008. Entre otras cosas, además, Vilar propuso un modelo económico de semana de 25 horas, cinco horas al día cinco días por semana, que permitiría garantizarse el sustento, acabaría con el problema del desempleo y generaría un nuevo entendimiento entre hombres y mujeres. Otra idea transgresora que defiende es que el amor coarta la libertad .

Pero siempre será recordada por su trología antifeminista inicial, formada por el «El varón domado» (1971), «El varón polígamo» (1974), «Modelo para un nuevo machismo» (1977). La solapa de «El varón polígamo» cuenta: «Es un libro sobre el amor. A diferencia de la mujer, el hombre puede mantener relaciones íntimas y simultáneas con varias compañeras. Los motivos estriban en el comportamiento oportunista de la mujer. Esta se hace pasar por una adolescente desvalida ante el humbre y le induce a 'adoptarla'. Meditante tal procedimiento, le impone asimismo la poligamia: cualquier hombre emparejado con una mujer aniñada necesita, por añadidura, otra mujer auténtica: una amante. Pero como esta persigue, a su vez, ese amparo, el hombre busca una tercera, y así sucesivamente», por lo que concluye que «la mujer es culpable de la infidelidad del marido» . Si algo así se publicara ahora, sí que haría arder las redes. Y afortunadamente.

El libro que ahora sería impublicable por antifeminista

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