Kike Sarasola: «Hay que traer americanos y chinos»
- ¿Qué es la libertad?
-Nadie lo sabía porque siempre la habíamos tenido.
- Usted sí lo sabía. La tuvo que pelear desde pequeño.
-Gay, socialista. Siempre a contracorriente. Me gusta. También en mi trabajo. Si todos los hoteleros van por ahí, yo voy por el otro lado.
- Su primera vez.
-Mi primera libertad fue física, socialista contra Franco, el único rojo en mi ambiente.
- Felipe.
-Tuvimos mucha suerte con él. También con Suárez y con Aznar. Eran grandes políticos, hombres de Estado. Por encima de todo estaba España. Luego llegó la crispación.
- Hoy.
-Tristeza absoluta. Todo vale.
- Populismo.
-El sector privado se ha dejado de lado. Grandes empresarios han intentado ayudar y han sido insultados. El más claro, Amancio.
- Diálogo.
-No funciona lo público sin lo privado. Ni al revés. Tu Barcelona se convirtió en 1992 en una gran capital del mundo gracias a los dos sectores. No hay que inventar nada. Basta con copiar lo que ha funcionado.
- Pero no.
-Hay una agenda radical. Pagas subsidios para comprar votos. No les gusta que intentemos crear puestos de trabajo para todos. Un sueldo es lo que te hace libre. Una paga, cautivo.
- Room Mate.
-Yo tengo 1.250 trabajadores y el año pasado facturé 110 millones de euros. Me juego mi dinero. Mi gente me lo agradece. Son tiempos difíciles. Pero yo sigo pensando que hay un país que se llama España.
- ¿A qué aspira?
-A lo que aspira cualquier ciudadano libre. A que funcione mi empresa, a que funcione mi familia y a que funcione mi país.
- Septiembre.
-Tenemos que limpiar nuestra imagen en el mundo. Hemos salido muy tocados. El índice de mortalidad, los contagios. Ministros hablando mal del turismo. El doctor Simón despreciando a los ingleses. Desde el punto de vista de la comunicación no podíamos haberlo hecho peor.
- ¿Y esto se arregla con un anuncio?
-No, se arregla invirtiendo de verdad en una campaña de imagen de por lo menos 6 meses. Es la única forma de salir de dónde estamos. Hay que transmitir seguridad, confianza sanitaria.
- ¿Y para eso no sería mejor invertir en médicos?
-Queramos o no queramos nuestro modelo depende del turismo y si no le gusta, deme otra opción.
- Hay gente que dice, y no me cuente entre ellos, que «no podemos vivir del turismo».
-Bueno, ¿y de qué vivimos? Hay que volcarnos en el turismo hasta que tengamos otro sistema productivo.
- ¿Y cómo lo hacemos?
-Trayendo turistas. Pero sabiendo lo que queremos. Cuando el Gobierno presume de millones de turistas se me abren las carnes.
- ¿Por qué?
-Porque importa la calidad, no la cantidad. El turista que yo quiero es el viajero, el que gasta, que básicamente son los chinos y los americanos. El alcalde de Milán lo ha dicho: «Quiero dos millones de chinos y americanos».
- Con unas pochas, supongo.
-Hay que traerlos como sea. Hay que ir a por ellos. París y Londres han hecho una joint venture para ir a buscar a los chinos y venderles el circuito entre las dos ciudades. Hay que ir allí, a sus ferias. Tenemos que hacer campañas y limpiar como te decía nuestra pésima imagen en el mundo.
- ¿Y el mercado europeo?
-Si dependemos del mercado europeo, estamos perdidos. Están todos muy pobres.
- ¿Cómo se metió a hacer hoteles?
-Es que no encontraba ninguno que me gustara y me hice uno para mí.
- Es que yo si voy a uno voy al Costes.
-¿Y si no estás en París?
- ¿Quién no está en París?
-Lo que en el Costes te cuesta 600 en uno de mis hoteles te costaría 250.
- ¿Qué tienen su hoteles?
-Decoración, ubicación, servicio y un precio razonable. En los hoteles me gusta el lujo asequible. Me cabrea pagar mucho dinero por las 5 o 6 horas que voy a a acabar pasando.
- Las 3 D.
-Dormir, ducharse y desayunar. Esto es lo que básicamente hacemos en un hotel.
- Dormir.
-Bueno, bueno.
- Italia.
-Se me da muy bien. Estamos creciendo ahí. Las crisis son siempre una oportunidad. Y de todos modos esto no es una crisis, es una pandemia: empezó cuando se desbocó la enfermedad y terminará cuando demos con la vacuna. Luego, vida normal.
- Hay que aguantar como sea.
-Y huir de la crispación, de la polarización. Hay que buscar tonos grises. Todo son grandes titulares y al final no pasa nada. En mi caso, cuando alguien se ha excedido y luego se ha demostrado que no había nada, nunca se ha disculpado.
- El hotel que más le gusta.
-El último que he abierto.
- ¿Y que no sea suyo?
-¿En serio?