Juan Gómez-Jurado - Diario de una epidemia
Día 32: la noche es oscura y alberga horrores
Ayer tuve un buen día. Un día alegre, incluso. Uno de esos que abundan tan poco, que los atesoras con una sonrisa mientras te va entrando el sueño. Por desgracia, duró poco. Me despierto a las cuatro de la mañana, que es cuando escribo esto. No saben el miedo que dan las madrugadas de confinamiento .
Me asomo al balcón, y es como flotar en mitad del vacío sideral . Me agarro fuerte a la barandilla, por miedo a perderme. La noche es oscura y alberga horrores. Por los muertos que vienen, los que caen. Y, sobre todo, por los que lo hacen en completa soledad .
Nunca he tenido tanto miedo. Una de las farolas de mi calle , la que hay frente a nuestra fachada, se ha apagado . La luz es luz, donde quiera que se encienda. Pero la oscuridad, ah, esa no. Cada fragmento de oscuridad lo es a su propia y distinta manera. La noche es oscura y alberga horrores. Y los peores de todos, en el inmenso espacio de nuestras propias mentes.