Juan Gómez-Jurado - diario de una epidemia
Día 51: el orden natural
España, creo que alguna vez lo he escrito aquí, es, como todos los Estados del mundo, una mentira, un orden imaginado, en oposición a un orden natural. La gravedad es un orden natural, no se va a romper mañana. Un orden imaginado se halla siempre en peligro de desmoronarse, porque depende de mitos, y los mitos se desvanecen cuando la gente deja de creer en ellos. Con el fin de salvaguardar un orden imaginado, o de sustituirlo por otro que convenga a otros diferentes, es obligado realizar esfuerzos continuos y tenaces para que usted y yo, que somos homo cotizandis , sigamos empujando el carro de España a base de empujar el carro de la compra y el carro de nuestra empresa, o viceversa.
Pero… ¿qué ocurre cuando no tenemos claro hacia dónde empujar? ¿Qué ocurre cuando solo hay ruido, confusión y visceralidad? Nunca creímos, ni fuimos tan capaces de ver tan nítidamente como ahora, que lo que dábamos por sentado era una ficción. Hoy miro por la ventana, y sigo sin saber en qué dirección debo empujar el carro. Y, peor todavía, no tengo la sensación de que haya nadie que pueda decírmelo.