José María Nieto: «A los extremismos se les hace frente desde el humor»
El viñetista de ABC, que llegó en 2013 para sustituir a Mingote, recibe ahora el premio que lleva su nombre
¿Quién es José María Nieto , ese hombre que nos guiña el ojo cada día desde su viñeta? «Jo, vaya pregunta...», dice antes de que se haga un breve silencio al otro lado del teléfono. «Un lector de prensa en papel, un enamorado del papel», apunta a continuación, a modo de definición definitiva. Como si hicieran falta más explicaciones, pensará, aunque no lo verbaliza. Pero desde fuera la curiosidad no se esfuma, y menos hoy.
José María Nieto, por empezar por lo más reciente y noticioso, es el nuevo premio Mingote por su viñeta «Que levanten la mano los hijos de Guardia Civil». «Es toda una responsabilidad formar parte de esta lista. Estoy especialmente contento, además, por el tema de la viñeta, porque la Guardia Civil ha sido muy maltratada por los humoristas gráficos de España. Es de justicia», responde, compartiendo honores. «Es que cuando el humor reconforta es mucho mejor», apostilla.
Nieto, apellido inseparable ya de la rutina informativa, es también un hombre humilde que sostiene, de primeras, que la viñeta es un género menor dentro del periodismo. ¿De verdad lo piensa, con la de firmas históricas que han dedicado su vida a este arte? «Es que intento no perder la perspectiva. Los humoristas gráficos corremos el riesgo de tomarnos en serio a nosotros mismos, de tomarnos en serio lo que decimos. Lo que hacemos suele ser un comentario, un destello, una pincelada, no un análisis profundo», subraya, ahora sí, bastante en serio.
Nieto, que se levanta pronto para rastrear una a una las principales cabeceras del país ayudado de varias cafeteras, es un veterano que lleva un cuarto de siglo arrancándole chistes a la actualidad al que todavía le entran las dudas. «Siempre crees que llegará un momento en el que no se te ocurra nada. Tiene su parte de estrés, de angustia . Pero al final las ideas surgen de la reflexión de la actualidad. Pensando en España se te ocurren chistes sobre España», comenta, ahora sí, con una risa.
Nieto, que es un ser que prefiere hablar de la viñeta antes que de sí mismo, maneja una cierta ligereza cargada de intuiciones, y quizás por eso es capaz de lanzar cuatro definiciones de su oficio en una misma conversación. ¿Qué es la viñeta? «Es una columna que utiliza imágenes». «Es un género literario». «Es un texto poético de una sola figura». « Es el reino de la metáfora ». ¿Hay resumen? «Bueno, la viñeta nunca hay que tomársela en su literalidad», zanja.
Nieto, por seguir un poco con la poesía, porque a él también le preocupa el ritmo y la sonoridad de sus frases de viñeta, parece un verso libre que quiere seguir siéndolo. Por eso le duele que el « New York Times » vaya a dejar de publicar viñetas políticas en su edición internacional, como dejó claro ayer con sus trazos limpios en ABC. «Han cedido a la corrección política. Esperemos que esos vientos no lleguen aquí», lamenta.
Nieto, que no es farmacéutico pero sí «dibujante de periódicos», receta humor en cápsulas para los que habitan los extremos y confían en verdades absolutas e inmutables. «Hay unos movimientos totalitarios muy agresivos que quieren imponer sus verdades: la ideología de género y todas estas cosas. Precisamente, desde el humor hay que hacer frente a los extremismos, quitarles la solemnidad. Porque los totalitaristas suelen estar enfadados. El lugar del humor es la duda, la certeza de que las cosas nunca son tan graves... La viñeta te quita la agresividad. Cuando te ríes te apaciguas».
Nieto, a veces, es pesimista, como todos. «El viñetismo ha cambiado a peor, porque todo es ofensivo », protesta. También matiza sus juicios, como pocos: «La sensibilidad ha evolucionado, y no siempre para peor. El humor va cambiando con la sensibilidad social. Algunas cosas están bien que cambien».
Nieto, que es todas estas cosas y seguramente más, es, por supuesto, el autor de la «Fe de ratas» nuestra de cada día. Con ellas llegó a estas páginas en 2013 para sustituir a Mingote, y desde entonces ha publicado más de dos mil chistes en su hueco. Por si fuera poco, ahora se lleva a casa el galardón que lleva su nombre. « Mingote es la luz que alumbra el oficio. Es un tópico, pero muchas veces cuando estoy frente al papel en blanco, pienso en qué haría Mingote con él», confiesa. ¿Pero qué es lo que admira de ese tótem al que todos admiran?«El ejemplo de Mingote va más allá de ese hombre juicioso, de ese fino analista y de ese ilustrador genial. Su grandeza está en su altura moral, en su humanidad. Cuando me enfrento a temas delicados en las viñetas pienso en Mingote. Lo hago cuando creo que más que el ingenio o la forma incisiva de hacer el chiste necesito dejar que hable el corazón», remata.
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