José María Carrascal: «Puede evaluarse la democracia de un país según su libertad de prensa»

Discurso íntegro del premio Luca de Tena 2021

José María Carrascal, durante su discurso al recibir el Luca de Tena

José María Carrascal

Cuando en 1986 recibí el premio Mariano de Cavia , dije en esta misma coyuntura que lo más difícil del Cavia era demostrar que se merecía, al tratarse de algo así como el Gotha del periodismo y la literatura española. Salí del lance como pude, apelando a la buena voluntad de la audiencia. Esta vez, al recibir la noticia de haber recibido el Luca de Tena , tras la sorpresa, pues me creía fuera de las lides literarias, mi preocupación fue mucho más modesta: «¿Cabré en el smoking tras tantos años?». Y sin perder un segundo me encaminé al armario a comprobarlo. Con enorme alivio, comprobé que sí, que cabía.

Resuelto este apartado, mucho más humilde pero no menos importante, quisiera expresar mi satisfacción porque el jurado estuviese compuesto por los directores de seis importantes periódicos, que por una vez coincidían, aparte de que el reconocimiento es por la labor de toda una vida, ya larga en años y episodios. No es que yo haya informado sobre el Diluvio Universal, pero sobre diluvios de todos los tipos y tamaños he cubierto unos cuantos.

Lo más curioso es que cuando me preguntaban de pequeño qué quería ser, nunca respondí 'periodista' al no entrar en mis perspectivas, aunque la lectura inundó mi infancia y adolescencia, desde los tebeos de Flash Gordon a las novelas de Doc Savage , El Coyote , Stefan Zweig , Lajos Zilahy , Sommerset Mauham , André Maurois y cuantas españolas caían en mis manos. Y fueron los tres libros del Capitán Argüelles sobre el mar, los que orientaron mis primeros pasos profesionales hacia los barcos. Pero los barcos son muy distintos en la mar que en los libros. Total, que tras varias intentonas infructuosas, terminé siendo periodista. Diría más: es lo para lo único que sirvo.

Por lo que aprovecho la oportunidad para mantener un breve diálogo unidireccional con ustedes sobre: ¿qué es el periodismo y el periodista? Hay quien lo reduce a la 'historia de un día' con nosotros como testigos. Posiblemente lo sea, pero también algo más. De cuantas definiciones he oído y leído, incluida la de Jefferson , que tanto nos gusta repetir a los periodistas, «prefiero prensa sin gobierno a gobierno sin prensa», que luego, siendo ya presidente, rectificó, considerándonos la escoria de la sociedad, la que más me ha convencido fue la de Sebastián Haffner , que tampoco era periodista, pero ha sido para mí el mejor ensayista alemán del siglo pasado, tanto por la galanura de la prosa como por la profundidad de sus ideas. Iba para juez cuando le cogió el tsunami nazi, del que se libró emigrando a Inglaterra, donde llegó a columnista del 'Observer'. No regresó a su país hasta los años cincuenta y colaboró en distintas publicaciones, desde el conservador 'Die Welt', al izquierdista 'Konkret', pasando por las más prestigiosas. A mí me gustaban especialmente sus artículos en la revista 'Stern', auténticos ensayos en miniatura. Uno de ellos hablaba de los periodistas y nos comparaba, no se asusten mis colegas que no es tan grave como parece, con los bufones de las viejas cortes. En todas ellas, decía, el rey era la figura principal, quien tenía la primera y última palabra. En torno a él estaban los cortesanos que procuraban ganarse su favor con aplausos y lisonjas. «Majestad, el pueblo le ama». «El país va magníficamente» y cosas por el estilo. Pero había también un bufón que decía al rey: «Majestad ¿quiere que le cuenta el último chiste sobre usted?» 0 «Ése, que presume de honesto, se está forrando con el dinero público». Lo que daba con el bufón en la fuente de palacio o con una manta de palos. Pero no faltaba en ninguna corte. «Hoy, Haffner seguía, el soberano es el pueblo, y los cortesanos son los políticos que buscan la mayoría de las veces el beneficio de su partido y el suyo propio. Mientras el bufón es la prensa, los periodistas que denuncian qué se hace mal y las mentiras oficiales. A veces nos equivocamos, y tendremos que responder por ello, pero esa labor es imprescindible, hasta el punto de que puede evaluarse la democracia de un país según la independencia de su justicia y su libertad de prensa .

Con esto termino. Les deseo una buena noche. Mi capacidad profética no va más allá.

Gracias por su tiempo y atención.

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