Jesús Torrecilla: «El pasado es un campo de batalla en el que se dirimen los choques del presente»
El profesor de Literatura de la UCLA publica «España al revés», un relato de cómo los liberales crearon los mitos del progresismo que está muy de actualidad

Jesús Torrecilla (Villar de Pedroso, Cáceres, 1954) es profesor de Literatura en la UCLA y acaba de publicar un libro muy singular: «España al revés. Los mitos del pensamiento progresista 1790-1840» (Marcial Pons). Rastrea las fuentes históricas y literarias para relatar el calvario de los liberales españoles en aquella etapa tras la Guerra de la Independencia .
Arquitectura efímera en la coronación de Isabel II que la ponía en relación con la Reina Católica- Grabado de Cayetano Palmaroli Pero sus ideas no encontraron eco en España. Su posición fue tan incomprendida, que el propio gobierno de Fernando VII, asumiendo que los ataques contra los liberales implicaban un cambio de campo, le ofreció un sueldo para que espiara a los exiliados en Londres. Me imagino la humillación que debió experimentar al recibir la oferta. Los liberales, por su parte, nunca le perdonaron las críticas y lo condenaron al silencio y al ostracismo. No deja de ser significativo que el primero en situar su figura en el mapa intelectual de la España del XIX fuera el conservador Menéndez Pelayo. Lo más grave es que el caso de Blanco no constituye una excepción. La moderación en España suele despertar fuertes recelos. Se exige un posicionamiento incondicional, cuando más extremo y marcado, mejor. La autocrítica se interpreta como una traición.
¿Seguimos mirando el pasado para inventar imágenes de España ideologizadas? ¿Tenemos una política que todavía pretende patrimonializar lo que es o fue España arrimando el ascua a su sardina ideológica?
«El pasado es un campo de batalla sobre el que se dirimen las batallas del presente»El pasado es un campo de batalla sobre el que se dirimen las batallas del presente. Eso es algo inevitable. Cuando hablaba antes de que los principales grupos que conforman la realidad política española deben hacer concesiones para facilitar la convivencia, me refería también a la escritura de la historia. Redactar una versión negociada, aceptable para todos, debería ser un objetivo prioritario. La escritura de múltiples interpretaciones del pasado, algunas de ellas incompatibles entre sí, está generando serios problemas al país.