Jesús García Calero

El exilio de las convicciones

A cualquier español, de izquierdas o derechas, le embarga un sentimiento de impotencia y dolor ante lo sucedido en Toulouse, precisamente por la inacción de un Gobierno avisado de que aquello estaba ocurriendo

Francia destruye parte de la memoria histórica del exilio ante la inacción del Gobierno español

Jesús García Calero

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Hace un año ahora Pedro Sánchez visitó las tumbas de Azaña y de Machado en Francia . En aquella ocasión perdió la oportunidad de convertir su visita en un homenaje de Estado a los exiliados españoles. Porque el Estado, más allá de su persona, se extiende a ambos lados del arco parlamentario (la misma dimensión que cuando hablamos de un pacto de Estado). En lugar de eso, eligió o no evitó una fecha muy cercana al inicio de la primera de las múltiples campañas electorales del año pasado y, aunque le acompañaron figuras de la cultura como Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, el sabor que dejó su «gira» mortuoria fue de un homenaje de la izquierda a «sus» exiliados.

El exilio fue durante la transición un verdadero asunto de Estado , porque todos los partidos estuvieron decididos a recuperar la grandeza de la cultura desgajada, institucionalizar el reconocimiento a aquellos españoles que habían cultivado su patriotismo y su esperanza en condiciones muy difíciles , lejos de su país, ofreciendo a nuestro tiempo, a nuestros ojos, un paisaje, un testimonio, un legado maravilloso de obras de arte, libros de poemas y pensamiento, un testamento vital, que fueron puestos en lo alto de la cultura Española oficial poco tiempo después de morir Franco. En esos años Alberti simbolizó, junto a Carrillo y la Pasionaria, una mirada al pasado que no tenía nada de olvido , pero sí mucho de reconciliación. Miembros del Parlamento y activos ejes de la cultura desde entonces, resulta para nosotros en ABC inolvidable el paso de Alberti por nuestras páginas, su retorno, donde se convirtió en uno de sus más egregios colaboradores de nuestra historia centenaria.

Mientras Sánchez ponía coronas con la bandera de España -gracias, presidente- en las tumbas de los exiliados más célebres, en las calderas de su gobierno ya humeaban planes para echar toda la carne al asador ideológico en cuestiones de memoria histórica, mezcladas con dos o tres campañas y precampañas electorales y un pacto de sí es no es, que primero imaginó desde el colchón nuevecito del temible insomnio y después desde el abrazo y la lágrima de Pablo Iglesias que sellaron el acuerdo con Podemos. Franco salió de su tumba, se trajo la mesita de Azaña de un pueblo francés y hubo muchas idas y vueltas con el exilio en la boca, desde México a Toulouse, pasando por el París de la Liberación y por los recursos archivísticos. Pero siempre como acto de Gobierno, de partido de Gobierno en campaña, nunca de Estado . Al final ese escoramiento convertía su empeño en postureo, en táctica de combate electoral. Y eso pesa ahora mucho más.

Sánchez también depositó una corona en la tumba de Azaña en febrero de 2019

Porque gracias al reportaje de nuestro compañero Bruno Pardo en ABC , hoy hemos sabido que, tanto ir a Francia, entre campaña y campaña, en el verano de 2019 se supo que Francia estaba destruyendo los archivos policiales del exilio en Toulouse, la ciudad a la que acabaron acudiendo buena parte de aquellos 400.000 refugiados, donde la policía otorgaba pases, espiaba a los elementos sospechosos y donde todo eso quedaba consignado en folios y carpetas que estaban esperando los ojos del historiador para redimir tanto sufrimiento, tanto silencio con el conocimiento histórico, la investigación y la puesta en valor de los detalles personales de aquellas gente, de aquella época.

El Gobierno español recibió avisos por varios frentes de lo que la fría burocracia francesa estaba destruyendo , con el fin de que tomase cartas en el asunto, pero no. Fernando Martínez López, director general de la Memoria Histórica, estaba fuera de puesto, o descentrado, por las elecciones, luego en el Senado y luego esperando su nombramiento de secretario de Estado de la rebautizada como Memoria democrática. Pero viajaba a Francia con la ministra de Justicia o solo y conoció directamente el problema , nos consta, pero no movió un dedo hasta la fecha.

Así que, el Gobierno progresista que se quiso volcar con el «80 aniversario del exilio republicano» -exilio español al cabo- cometió un gravísimo error de dejación, de inacción, de incuria , con la memoria inédita de aquellos hombres a los que tanto cacareaba y cacarea que quería homenajear, para evitar el olvido de lo que pasó.

Para evitar el olvido de lo que pasó, las historias y sufrimientos personales, están los archivos . Esa es su función como fuente primaria. Y si bien hay muchos otros fondos relacionados con el exilio, el de Toulouse, lleno de informes policiales, tenía una información única y relevante que, relativa al año 1939, sería además de gran valor para comprobar cómo se desenvolvían los refugiados, los activistas políticos y las organizaciones sociales en aquel entorno tan duro.

En el caso de Cataluña, territorio de donde proceden los socios del presidente que han logrado alargar la mano que tiene a su gobierno cogido por las partes más sensibles de la política, la desaparición de los informes policiales es especialmente dramática, porque en 1939 la mayor parte de los exiliados que pasaron por Toulouse procedía de Cataluña . No en vano se llamaría a la ciudad la quinta provincia catalana.

Todo el fondo del Archivo Departamental de Toulouse ha sido destruido, como sabemos ahora por el reportaje de ABC. Ahora el Gobierno tiene dos opciones. Puede hacer autocrítica, ponerse manos a la obra para detener la destrucción de los fondos de 1940 y de años sucesivos, y de paso tratar de abandonar el sectarismo para que la memoria del exilio sea un asunto de Estado , no de ideología. Esa opción la tomaría un partido maduro y democrático sin dudar, para sumar, para ayudar a nuestra sociedad a abandonar la polarización y el deterioro, si no ya la destrucción, de nuestra covivencia.

O puede seguir tocando los tambores del extremismo, el antifascismo trasnochado , o ponerse en el ojal esas flores del sectarismo recién cortadas y acusar de todo «a la derecha, la ultraderecha y la ultra ultraderecha» como pone en sus manuales de refriega y seguir abandonando la grandeza que le llevó a ser un partido nacional y español, además de socialista. Pero no, en este caso no. Cultivar la división del homenaje del exilio fue una decisión táctica, parte de una estrategia mayor cuyos peligros todavía solo percibimos parcialmente. La destrucción del fondo documental de Toulouse del año 1939 es, por eso mismo, achacable a la incuria táctica de quien está en una mentalidad electoralista y de asalto a los cielos y no protege ni defiende como es debido el legado que tanto ha tratado de reivindicar como lo más importante de su acción de gobierno . Acción. De gobierno.

A cualquier español, de izquierdas o derechas, le embarga un sentimiento de impotencia y dolor ante lo sucedido en Toulouse, precisamente por la inacción de un Gobierno avisado de que aquello estaba ocurriendo. El exilio de las convicciones democráticas, mantenidas durante décadas por un partido, se percibe mejor cuando una nueva y a la vez muy vieja forma de ideología comienza a destrozar las cosas que ya eran de todos con las manos tan torpes de ahora.

El cinismo habitual aquí no vale , ante la probable dimensión de la documentación destruida. Al menos en esto, por dignidad, por los 9 ministerios metidos en la comisión del 80 aniversario, por el medio centenar de expertos de su comité científico, tal vez aún podamos esperar de este gobierno un paso hacia la dignidad, la autocrítica y la acción política con dimensión de Estado. Las convicciones democráticas no ideológicas deben pesar en algo tan importante para todos. No podemos pedir imposibles, pero después de asistir a la destrucción de una documentación tan rica, la esperanza es aún lo último que se pierde.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación