«Instrucciones a mis hijos», el emotivo poema de una madre que se convirtió en un fenómeno en internet
Magdalena S. Blesa se define a sí misma como «una poeta de aceras y de patios», y este conjunto de versos es una serie de enseñanzas para que sus hijos «las usen y el mundo vaya mejor»
La poeta Magdalena S. Blesa se define a sí misma como «una poeta de aceras y de patios». Unos versos suyos, titulados «Instrucciones a mis hijos» , se convirtieron en virales por su emotivo calado y gran sensibilidad.
Posteriormente, desarrolló el poema hasta lanzar un poemario llamado de la misma manera y que ampliaba el arte de esta mujer de la sierra murciana. Sus poemas han llegado a miles de personas de todo el mundo, pero todo se desbocó propulsado por aquel que le llevó a los confines de internet.
El libro se ha vendido desde el lema de que «contiene enseñanzas desde la humildad, la educación, los valores y el amor, para que nunca falten en el corazón de las personas». Porque con este libro, la murciana pretende ofrecer un legado de enseñanzas a sus hijos para que «las usen y las aprovechen, las aprendan y las enseñen a los demás y el mundo vaya mejor. Amad hasta ese sitio donde no se llega nunca».
Para Blesa, «la poesía es la única escapatoria posible de un ser humano hacia dentro de sí mismo». Magdalena recita versos en colegios, cárceles, librerías y hasta en las mesas del restaurante que regenta en Alhama de Murcia.
Este es el poema que se volvió viral:
«Instrucciones a mi hijos»
Jamás un conato de daros la vuelta
Jamás una huida, por muchos que sean
Jamás ningún miedo, y si acaso os diera,
Jamás os lo noten, que no se den cuenta
Jamás un “me rindo”, si no tenéis fuerzas
Aunque fuese a gatas, llegad a la meta
Que nadie os acuse… ¡miradme a la cara!
Que nadie os acuse de dejar a medias un sueño imposible…
(Si es que los hubiera)
Yo no los conozco,
Y mira que llevo yo sueños a cuestas
Jamás, y os lo digo como una sentencia, ¡miradme a la cara!
Jamás en la vida paséis por el lado de cualquier persona sin una sonrisa
No hay nadie en el mundo que no la merezca
Hacedle la vida más fácil, ¡miradme!
A cada ser vivo que habite la tierra
Jamás se os olvide que en el mundo hay guerra
Por pasar de largo sin gloria ni pena delante de un hombre
Y no preguntarnos qué sueño le inquieta
Qué historia le empuja,
Qué pena lo envuelve,
Qué miedo le para,
Qué madre lo tuvo,
Qué abrazo le falta,
Qué rabia le ronda,
Qué envidia lo apresa…
Jamás, y lo digo faltándome fuerzas,
Si el mundo se para,
Os quedéis sentados viendo la manera de que otro lo empuje
Remangaos el alma,
Sed palanca y rueda,
Tirad de la vida vuestra y de quien sea,
Que os falte camino,
Perded la pelea contra los enanos
No sed los primeros,
Que os ganen los hombres que no tienen piernas
No sabedlo todo,
Dejad que contesten los que menos sepan
Las manos bien grandes,
Las puertas abiertas,
Anchos los abrazos, fuera las fronteras
Hablad un idioma claro, que se entienda
Si estrecháis la mano, hacedlo con fuerza
Mirando a los ojos,
Dejando una huella
Prestad vuestra vida,
Regaladla entera
Que a nadie le falte ni una gota de ella
¡Cantad!
Que cantando la vida es más bella
Y jamás, os hablo desde donde nazca
El último soplo de vida que tenga,
Jamás una huida,
Por muchos que sean…