El insecto que valía su peso en oro (para los artistas)
Una exposición del Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México recuerda el valor de la grana cochinilla, un bicho que fascinó a los pintores durante siglos por el intenso color rojo que se podía extraer de él
Los primeros barcos españoles que volvieron del Nuevo Mundo no solo llevaban en sus bodegas plata y oro, sino también un peculiar tesoro en forma de insecto: la grana cochinilla , un bicho con el que se producía un color rojo intenso que fascinó a los artistas del momento (y a los de siglos posteriores, antes de la llegada de los tintes sintéticos).
Con una longitud de apenas cinco milímetros, la hembra de esta especie ayudaba a producir ese característico color. Los indígenas ya conocían las propiedades del animalillo antes de la llegada de los españoles, pero fue con su expgortación a Europa cuando su popularidad se extendió como la pólvora. De hecho, llegó a ser el segundo producto más importante de México después de la plata . Tal es así que, durante los siglos XVII y XVIII, el «rojo cochinilla» se entendía como un sinónimo de poder , usándose como tinte para las ropas de los reyes y nobles.
Ahora, una exposición en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México −« Rojo mexicano. La grana cochinilla en el arte »− repasa su importancia en el mundo del arte. La muestra incluye un total de 70 obras: 49 procedentes de 16 colecciones nacionales y 21 piezas de museos internacionales. Además, ilustra el método de «cultivo» de este insecto y el proceso de extracción del color.
Destaca mucho la presencia de obras de la segunda mitad del XIX, un momento donde la cochinilla ya no estaba tan extendedida debido a la irrupción de los tintes sintéticos. Sin embargo, artistas como Van Gogh , que no tenía dinero para otro tipo de pigmentos, lo utilizaron en sus obras. Su famoso « Dormitorio en Arlés », que se expone por primera vez en México, está pintado con este recurso.
Lo mismo hicieron otros artistas del mismo siglo como Renoir o Delacroix . Antes, Turner también lo había utilizado, al igual que Tintoretto , que con su cuadro «La deposición de Cristo» llega por primera vez a México.
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