El inexplicable destino de una aljaba y unas flechas del s.XVII que terminaron en un monasterio ortodoxo en el Monte Athos

El que se encuentren en este lugar sagrado quizá pueda estar relacionado con maniobras defensivas ante invasores, con un regalo votivo de algún peregrino o con un botín de guerra, arrebatado a los corsarios

La aljaba y las flechas del s.XVII ABC

Begoña Castiella

Nadie se explica cómo llegaron al impresionante Monasterio de Vatopedíu , en el Monte Athos , una aljaba y flechas del siglo XVII . El Monasterio se encuentra en esta montaña de la península Calcídica, en griego Jalkidikí , conocida como Montaña Sagrada , ya que en ella se encuentran veinte monasterios ortodoxos con muchas edificaciones más, formando un territorio monástico autónomo dependiente del Patriarcado Ortodoxo de Constantinopla (Estambul) y con una relación muy especial con el estado griego. Vatopedíu es uno de los 17 monasterios ortodoxos griegos (aunque hay también varios mas: uno ruso, otro serbio y el tercero búlgaro).

Fundado en el año 985 gracias a una importante donación de tres hombres ilustres de la ciudad de Adrianupolis, la actual Edirne en Turquía, entonces formaba parte del poderoso imperio bizantino: ofrecieron 9.000 monedas de oro a un monasterio ya existente, pero San Atanasio el Atonita, considerado el fundador de este estado monástico, les aconsejó que construyera un nuevo monasterio. Desde hace diez siglos es uno de los mas importantes gracias a sus monjes y a su tamaño, así como por la riqueza de su biblioteca y de sus reliquias.

Descubierta en una buhardilla

Ha sido ahora cuando se ha dado a conocer la restauración de uno de los objetos mas curiosos de su patrimonio: se encontró en una buhardilla del monasterio en 2002 , durante su restauración, y son una aljaba y flechas guardados desde hace al menos tres siglos. Según el arqueólogo Dr. Ioani Béla son del s.XVII, pertenecientes a la época otomana. Los ejércitos otomanos tenían importantes arqueros, siguiendo la tradición bélica de los persas, asirios, mongoles y escitas. En Grecia no se han encontrado flechas parecidas, pero sí en los museos de Viena y Karlsruhe, pertenecientes al segundo sitio de Viena en 1683 por el ejército otomán.

Monasterio de Vatopedíu

La aljaba es de cuero, mide 63 centímetros y no tiene decoración lujosa sino una sencilla decoración con una roseta. Las flechas tienen una vara de madera, de 64 centímetros, conservando sus puntas de hierro y algunas hasta su pluma. El que se encuentren en el monasterio puede estar relacionado con maniobras defensivas ante invasores (los grandes monasterios de Athos se construyeron de forma que incluían una parte exterior que servía de fortaleza). También pueden ser un regalo votivo de algún peregrino o un botín de guerra, arrebatado a los corsarios que durante años intentaban atacar estos monasterios, conocidos por su importancia espiritual en el mundo ortodoxo pero también por su riqueza y tesoros. Su biblioteca incluye, además de valiosos manuscritos y códigos, una Geografía del astrónomo Claudio Ptolomeo del s.XI.

El cinturón de la Virgen (cíngulo de la Theotokos)

Entre estos tesoros se encuentra una reliquia milagrosa muy importante, la llamada «El cinturón de la Virgen», conocido también como el «Cíngulo de la Theotokos» . La tradición que acompaña a esta reliquia es preciosa: se dice que es la única reliquia terrestre de la Virgen, que trenzó con sus manos y pelo de camello un cinturón. Tras su muerte y Ascensión fue entregado al Apóstol Tomás y dos mujeres piadosas de Jerusalén fueron encargadas de su conservación.

Sus familias continuaron con este piadoso encargo hasta que el emperador romano de Bizancio Arcadios (357-408) hizo llevar el cinturón a Constantinopla, mandando construir un relicario especial para conservarlo dentro. Su hija, Santa Pulquería, decoró personalmente el cinturón con valiosos bordados con hilo de oro y mandó construir, cuando se convirtió en emperatriz regente en nombre de su hermano el futuro emperador Teodosio, una iglesia para esta reliquia.

Más tarde el cinturón fue cortado en distintos trozos que se repartieron en varias iglesias y el emperador Manuel I Komninos (1143-1180) estableció una fiesta del Santo Cinturón el 31 de Agosto. Durante la cuarta cruzada en 1204 fueron robadas varias piezas pero una se recuperó y el emperador Juan VI Cantacuceno (Katakuzinos) lo donó al Monasterio de Vatopedíu. Según la tradición ortodoxa, consuela y alivia a los fieles en sus dolores y enfermedades y en especial a las mujeres infértiles y a los enfermos de cáncer . Ahora se venera en el monasterio y algunas veces es trasladado para su veneración pública en distintas partes de Grecia y en el extranjero, como en Rusia en 2011.

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