Iceta ratifica su giro sobre el traslado de obras de las colecciones nacionales con un ataque a Barcelona
El ministro tilda de «catetada» que la Ciudad Condal, con la connivencia del PSC, no celebre a Cervantes
Las declaraciones que hizo ayer Miquel Iceta sobre la «catetada» de Barcelona por negarse a homenajear a Cervantes bien las podrían haber pronunciado Marta Rivera de la Cruz o Andrea Levy , máximas responsables de la cultura en Madrid, que desde que el Gobierno aprobara vía real decreto transferir 20 millones de euros para la cocapitalidad cultural de la Ciudad Condal no han dejado de criticar la arbitrariedad y la falta de perspectiva de la decisión.
La respuesta que ambas habían venido recibiendo desde el ministerio no era otra que desdén, en el mejor de los casos. «Todavía da miedo la idea y hay quien la quiere usar para enfrentar territorios», llegó a decir Iceta para defender una inversión que obedece a un acuerdo entre Pedro Sánchez y la alcaldesa Ada Colau, y no una disposición recogida en ninguna ley.
«¿Beneficiar Barcelona no es beneficiar España?», defendió el ministro. «¿Se acuerdan de lo del federalismo? Esto es federalismo ». Apenas una semana después su discurso ha variado. Ayer, en lugar de optar por la moderación cuando le preguntaron por la negativa del Ayuntamiento de Barcelona a instalar una estatua de don Quijote en la playa de la Barceloneta, dijo que la decisión le parecía una «vergüenza» y una «catetada», informa Mariano Cebrián .
«Que el Ayuntamiento de una ciudad como Barcelona no esté de acuerdo en celebrar la figura de Cervantes nos parece increíble y un disparate», remató en su visita a Toledo. «Si uno lee el Quijote verá que una de las ciudades que salen mejor paradas, a las que Cervantes manifiesta una simpatía especial, es Barcelona, por lo tanto nos parece, con perdón, una catetada».
Poco antes de criticar al ayuntamiento agraciado con un decretazo de 20 millones, se había fotografiado junto a una estatua de Cervantes que hay al lado del Museo de Santa Cruz. Sobre el papel del PSC, que se alineó con BComú y ERC para tumbar la medida impulsada por Ciudadanos, no dijo nada.
¿Qué ha pasado para que se produzca este cambio de discurso? En primer lugar, las quejas de varias comunidades y ciudades tras conocer el decretazo de la cocapitalidad cultural, con Madrid a la cabeza, que ha denunciado la nula disposición del ministerio a impulsar iniciativas conjuntas entre Madrid y Barcelona. La dimisión de la directora general de Bellas Artes hizo el resto.
La renuncia de Dolores Jiménez-Blanco , tras poco más de un año en el cargo, reveló el temor de los responsables de los museos nacionales por la disposición del ministerio a trasladar obras como la 'Dama de Elche' o el 'Guernica', en un estado de conservación muy frágil. La crisis abierta afectaba a instituciones como el Arqueológico, el Reina Sofía y también el Prado, a quien la concejal de Cultura de Málaga reclama el 'Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga'.
Lo que Iceta venía defendiendo como «federalismo cultural», el viernes, en un comunicado, se convirtió en un claro compromiso con la «integridad» de las colecciones nacionales. Ayer, sobre la opción de ceder la 'Dama de Elche' al ayuntamiento ilicitano, dijo que no es partidario «de poner en riesgo algunas piezas». Su obligación como ministro, dijo, es respetar la «integridad de sus colecciones».
Y, aunque sí abogó por que los museos nacionales «no estén solo en Madrid», reconoció que si se restan piezas a algunos museos «podrían perder esa capacidad de explicar de forma global un tipo de arte o expresión artística». Para templar los ánimos entre los directores de los museos, agradeció los esfuerzos de algunas instituciones como el MNAC o el Prado llevando exposiciones a otros lugares de España.
En apenas una semana, el ministerio se ha visto obligado a emitir dos comunicados, uno para responder al descontento de ciudades y comunidades y autónomas por los 20 millones que ha recibido Barcelona para proyectos culturales, y otro para frenar el temor ante un posible desmembramiento de las colecciones de los museos nacionales.
La presión en el Congreso, no obstante, está lejos de remitir. Ciudadanos se ha unido al PP y ha registrado también varias preguntas para que responda por escrito «sobre la política de dispersión del patrimonio nacional y arqueológico». El diputado Guillermo Díaz , portavoz de Cultura, quiere que el Gobierno explique si pretende trasladar algunas piezas fuera del Museo Arqueológico Nacional y qué valoración da a los informes técnicos de dichos traslados.
Cs también exige saber cuántas reclamaciones, ya sean autonómicas o locales, ha recibido el Gobierno y qué efecto tendría la política de dispersión sobre los museos nacionales. Díaz teme que la nueva redacción del anteproyecto de reforma de Ley de Patrimonio Histórico abra la puerta a mover piezas históricas y por ello incluye otra pregunta referida a la iniciativa.
Por su parte, la delegada de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, Andrea Levy, volvió ayer a reclamar a Iceta que «no dé la espalda a la capital» y que se reúnan para trabajar por la cocapitalidad.
«Estoy dispuesta a sentarme para realizar la programación de actividades que se puedan hacer con el consistorio de Barcelona y el ministerio, como es lógico. Es positivo que haya diversidad cultural en todos los lugares de España, pues crea una riqueza común y nos potencia como país. Le pediría que cuente con nosotros», dijo.
El pasado viernes remitió una carta al ministerio dirigida al secretario general del ministerio, Víctor Francos, emplazándole a una reunión .
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