Un historiador señala dónde está oculto el mítico tesoro que Napoleón robó a los rusos

El botín contendría lingotes de oro, joyas, cañones, armaduras antiguas y una gran cruz cristiana de Iván el Grande. Los escépticos rebaten que las tropas francesas pudieran construir un escondite tan complejo en plena retirada

Napoleón Bonaparte ABC

Más de dos siglos llevan contándose historias acerca del oro robado por Napoleón a los rusos, al saquear este junto a sus soldados los grandes palacios e iglesias de Moscú en su retirada del fiasco que fue su invasión rusa en 1812. El tesoro lo ocultó en un lugar secreto. Y un historiador ruso afirma que sabe dónde, según informa «IFL Science».

Viacheslav Ryzhkov , en declaraciones a un periódico de este país, sostiene que el botín se encuentra en el fondo del lago Bolshaya Rutavech, cerca de la ciudad de Rudnya, cerca de la frontera occidental de Rusia con Bielorrusia.

En este tesoro habría lingotes de oro, joyas, cañones, armaduras antiguas y una gran cruz cristiana del Campanario Iván el Grande. Y las teorías, según recoge este medio, acerca de cómo llegó allí son variadas. Que si el tesoro fue enterrado de regreso a Francia, que fue lanzado a otro lago diferente (el Semlevskaya) por los registros del ejército...

Ryzhkov explica que la historia del lago Semlevskaya es una pista falsa, entre otras cosas por una razón poderosa: los arqueólogos han inspeccionado este largo con exhaustividad durante el último siglo y no han encontrado nada. Argumenta que enviaron tropas como señuelo al lago de despiste, y el resto se fueron al lago Bolshaya, que en 1989 registró una concentración muy alta de iones de plata tras un análisis químico, según señala «IFL Science».

El historiador cuenta que construyeron una cripta en medio del lago a 50 metros de la costa y, previamente, habrían construido una especie de presa temporal para permitirles facricar este dispositivo que luego reabrirían para elevar el nivel del lago. «Napoleón no arrojó joyas en barriles al lago, sería demasiado simple. Ordenó ocultarlos, enterrado en el fondo del lago bajo el castillo de agua», dijo Ryzhkov al periódico sensacionalista Moskovskij Komsomolets (MK), con sede en Moscú.

Escépticos, como el cazador de tesoros profesional Vladimir Poryvayev, rechazan las hipótesis que plantea el historiador porque, entre varias razones, descartan que pudieran realizar trabajos de ingieneria acuática tan complejos.

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