El historiador y periodista polaco Adam Michnik, premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2022
Disidente y líder legendario del movimiento Solidaridad, encarna la resistencia liberal europea contra el totalitarismo ruso
«Esto es la guerra», el artículo de Adam Michnik en ABC tras la invasión de rusa de Ucrania
Considerado uno de los más prominentes intelectuales europeos de la segunda mitad del siglo XX, Adam Michnik (Varsovia, 1946) ha sido galardonado con el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2022 según ha hecho público el jurado encargado de su concesión. Disidente y líder legendario del movimiento Solidaridad, encarna la resistencia liberal europea contra el totalitarismo ruso
El 24 de febrero, apenas Rusia había dado inicio a la invasión de Ucrania, el redactor jefe del periódico liberal y de referencia en Polonia, 'Gazeta Wyborcza' , escribió sobre la marcha un artículo que sentaría la línea editorial sobre el nuevo escenario europeo y que ha terminado siendo un símbolo de la unidad y superación de diferencias con las que el continente ha dado respuesta a la guerra de Putin. Lo tituló 'Esto es la guerra' (publicado en ABC el 27 de febrero). Lo siguiente que hizo fue organizar la traducción a diario de buena parte de su periódico al ruso para la población del país agresor, sometida a una intensa campaña de propaganda, tenga la oportunidad de acercarse a informaciones escritas desde fuera y basadas en los hechos.
Siempre crítico con el gobierno de derechas de Varsovia, Michnik ha aparcado su oposición militantes y reconocía recientemente, en conversación Isaac Chotiner, periodista de 'The New Yorker', que «no soy un testigo imparcial, sino un opositor comprometido , seguro de que en los últimos siete años ha llevado a Polonia por muy mal camino. Pero en el caso de Ucrania, este gobierno ha mantenido un enfoque decente y elogiable. Apoyo firmemente a nuestras autoridades, especialmente en la apertura hacia los refugiados , y la gestión de la crisis de una guerra a nuestras puertas, así como alabo la unidad de la respuesta europea, que sin duda ha sorprendido a Putin». Ha mantenido desde su periódico la batalla de la unidad nacional europea en esta crisis y está convencido de que la invasión de Ucrania «terminará como la guerra afgana de Brezhnev y provocará una nueva ola de libertad ».
Libertad y periodismo
Su actitud ante la invasión de Ucrania es solo el último episodio de una vida intelectual dedicada a la libertad y entrelazada con el final del Bloque del Este y el comienzo de la Europa del Este. Michnik fue una figura disidente clave bajo el régimen comunista, activista por los derechos civiles y uno de los primeros en concebir un régimen libre y un estado democrático. Participó en la 'mesa redonda' que en 1989 condujo a Polonia hacia la democracia y desde entonces ha perseguido los crímenes comunistas, con investigaciones concienzudas desde su periódico que han terminado con la exigencia de responsabilidades y procesos judiciales.
De su papel en la historia reciente polaca, el propio Michnik dijo una vez: «Me gustaría defender esos valores que creo que son los más altos. Me gustaría que mi periódico difundiera a Europa las ideas y los valores definidos por Denis de Rougemont : El hombre tiene derecho a elecciones libres, a libertad de conciencia y nadie puede dictarle nada de eso, ni el estado ni la Iglesia, ni ningún partido».
Otro factor fundamental de su forma de entender el periodismo es la incesante búsqueda de reconciliación con los países vecinos, que cristalizó en el 'Central Suplemento Europeo' , un intento de proporcionar, entre los medios de comunicación del continente, un foro para el intercambio intelectual , especialmente enfocado en principio a la República Checa, Hungría y Lituania, incluso a limar asperezas con alemanes y rusos a pesar de las heridas históricas que estos infligieron a Polonia durante el siglo XX, y con ambición incluso de terminar extendiéndose a toda la UE. La suya fue una de las voces más influyentes en la reclamación de la adhesión de su país a la UE y ha hecho ver a la sociedad polaca la necesidad de volcarse del lado de Occidente y de las libertades.
Raíces
Michnik proviene de una familia polaca con raíces judías y ha luchado fervientemente también por la paz judío-polaca. Ha recibido la Medalla Goethe en reconocimiento a sus destacados servicios al diálogo entre Alemania y Polonia y entre la Europa oriental y la occidental.
Nacido en 1946, comenzó la carrera de Historia y Política Económica en Varsovia, pero sus actividades de oposición acabaron con la expulsión de la universidad y, en marzo de 1968, a su paso de un año en prisión por su papel en las protestas estudiantiles. En 1976 fue uno de los fundadores del KOR (Comité de Defensa de los Trabajadores), el movimiento de oposición anticomunista, y en la década de 1980 fue arrestado en repetidas ocasiones en relación con su presencia en el sindicato católico independiente Solidarnosc .
En 1991, ocupó un escaño en el primer parlamento polaco elegido libremente y al mismo tiempo fundó 'Gazeta Wyborcza' , apostando por el pluralismo, la tolerancia, la sensibilidad social y la economía de mercado. «Mi visión es una Polonia democrática, justa y libre en una UE democrática, justa y libre. Si esta visión es realizable, no lo sé, pero al menos hay que intentar lograrla. Nunca habrá un mundo sin desgracias, pero tenemos el deber de eliminar cualquier desgracia que podamos», es su filosofía, en la que juega también un importante papel la necesidad de alzar la voz a pesar de las consecuencias, especialmente por parte de la prensa dispuesta a disentir.
«En la vida de todo hombre llega un momento difícil , cuando una simple declaración acerca de que esto es negro y eso es blanco requiere pagar un alto precio . Puede costarle a uno la vida en las laderas de la Ciudadela, detrás de la alambrada de Sachsenhausen o detrás de la barrotes de la prisión de Mokotów. En un momento así, general, la preocupación de un hombre decente no es el precio que habrá que pagar sino la certeza de que el blanco es blanco y el negro es negro», escribió en su Carta al general Kiszczak, el 10 de diciembre de 1983.
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