Las grandes historias detrás de las mejores fotos del confinamiento
La XXIII edición de PHotoEspaña arranca con una muestra al aire libre de las más brillantes instántaneas realizadas por la ciudadanía durante el estado de alarma

Barrio de Mirasierra (Madrid). Parque Ana Tutor, en concreto una zona descampada de centelleantes hierbajos amarillos. Allí, un solitario anciano, con chaqueta de tweed y mascarilla, mira el ramito de flores que ha formado. Título: «Romanticismo en tiempos de coronavirus». Hashtag #PHEdesdemibalcón . Y ... cientos de «likes» en Instagram. La autora, que utilizó teleobjetivo, es la joven artista María Puga . La foto la hizo desde su ventana en el confinamiento, y, desde ayer, podremos verla ampliada en la entrada del parque del Retiro. Muga nos cuenta que a los pocos días volvió a ver al misterioso señor, esta vez acompañado de su mujer. E hizo otro ramito, y se lo dio.

Recordemos que unos meses antes del Covid, la España de los balcones vestía bandera de España en sus ídem. La pandemia incorporó forzosamente al resto e incluso se obró el milagro: que dos desconocidos que viven ventana con ventana se preguntaran: «¿Qué tal?». Los balcones y las ventanas se convirtieron en respiraderos y renovados miradores que una selecta casta de observadores supo aprovechar como ninguno para retratar este nuevo costumbrismo pandémico. Y ahora la XXIII de PHotoESPAÑA expone estas fotografías en 50 de nuestras ciudades, algunas incluso un poco pixeladas pues nacieron desde el móvil y su destino eran las redes, no los grandes murales a los que llegarón gracias a su talento.
Largas, anchas y míticas avenidas completamente vacías, distópicas filas de personas enmascarilladas y separadas por varios metros en las aceras, músicos de balcón amenizando o dando la murga al vecindario, y repartidores de Glovo avanzando veloces y y vulnerables por las ciudades infectadas son algunas de las estampas típicas del estado de alarma, todos hemos visto muchas de ellas. Pero aquí pueden verse en su más artística expresión. El equipo de expertos del festival no lo tuvo fácil para elegirlas, ya que la convocatoria registró, desde el 30 de marzo al 17 de mayo, más de 63.000 fotografías en Instagram y 36.201 participaciones a través de la web del festival.
Otra de las fotos seleccionadas, de Susana Sánchez , nos traslada a la estrecha calle Maldonadas, en la zona del castizo Cascorro. En blanco y negro, vemos a una pareja de mujeres sonrientes brindando por fuera del marco de la ventana. Y como una imagen vale más si se acompaña de unas pocas palabras, ahora sabemos que la autora y la pareja de modelos de enfrente no se conocían de nada antes de los aplausos de las ocho, cuando comenzaron a hablar. ¡Pero es que incluso la fotógrafa aficionada y su vecina trabajan en el mismo edificio sin haberse reconocido antes! En esa calle se hizo tanta piña que se formó un grupo de Whatsapp de hasta 35 miembros para preparar quedadas los fines de semana, en horario vermú. Había hasta «deejays». Y, básicamente, charlaban entre todos desde sus ventanas y balcones.

Otra de las 50 imágenes expuestas, de las más de 7.000 realizadas por los vecinos de Madrid durante el confinamiento, es la de Superman Alonso, que tiene ya cinco años y ayer, a veces, era reacio a asumir su protagonismo de gran estrella de la inauguración. La autora de la foto es su madre, Ana Corrales , profesora universitaria de informática y también fotógrafa que comenzó a lanzar disparos con la cámara precisamente con la llegada de Alonso. Las fotos que hizo de su familia eran tan buenas que circularon por sus conocidos y rápidamente le llegaron encargos. En la imagen vemos al jovencísimo superhéroe subido en el alféizar mientras ondea retadora su capa azul con la icónica «S» del personaje kryptoniano.

Por la inaguración de la exposición pudimos ver entre los participantes a la concejala de Cultura madrileña, Andrea Levy , así como al alcalde, José Luis Martínez-Almeida . Ambos se interesaron por las intrahistorias detrás de las fotos, como la de la periodista Anya Bartels-Suermondt , fotógrafa oficial de El Cigala, que fue seleccionada con una panorámica en blanco y negro de la calle Ribera de los Curtidores, un domingo, o sea día de Rastro, día de vida y de caos... Y que la pandemia había llevado al silencio dominical más inaudito. Otra foto muy llamativa es la del matrimonio formado por Mari Paz y Manuel, ella vestida de sevillana y el de chulapo, en su balcón. Este San Isidro no pudieron ir a la Pradera («No fallamos ningún año») pero, al menos, pudieron bailar unos chotis a distancia con sus vecinos.


Durante esta semana se podrá disfrutar de estas exposiciones de mirada confinada en El Retiro madrileño, pero también en la plaza de María Pita, en La Coruña; la plaza Porticada, en Santander; la plaza del Pilar, en Zaragoza; la plaza del Ayuntamiento, en Valencia; el Parc de la Ciutadella, en Barcelona; la plaza del Torico, en Teruel; el teatro Campoamor, en Oviedo o el barrio histórico de La Marina, en Ibiza, entre otras. Estas muestras marcan el inicio simbólico de PHotoESPAÑA , que este año se ha visto obligado a aplazar a otoño la mayoría de su programación por la virulencia de la pandemia.
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