El Gobierno pide a Francia información sobre la destrucción de los documentos del exilio
Pese a que el Ejecutivo niega conocimiento previo del expurgo, el secretario de Estado de Memoria Democrática estaba al corriente desde hace meses y no tomó ninguna medida para evitar nuevas destrucciones
![El secretario de Estado de Memoria Histórica, Fernando Martínez López, en la tumba de Largo Caballero](https://s1.abcstatics.com/media/cultura/2020/02/03/largo-caballero-kgyE--1248x698@abc.jpg)
El Gobierno español ha reaccionado a la información publicada por ABC en la que se denunciaba la destrucción de informes policiales de 1939 relativas al exilio republicano en Toulouse en el Archivo Departamental de Haute-Garonne. El Ejecutivo ha puesto en marcha su maquinaria y ha contactado con Francia para aclarar la situación e impedir que esta vuelva a repetirse. «Tenemos una buena colaboración en tema de memoria democrática. Se ha pedido información y estamos esperando a que el gobierno francés nos informe», aseguran desde la Secretaría de Estado de Memoria Democrática.
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La eliminación de estas fichas policiales está constatada mediante documentos en los que se afirma que este fondo «ha sido destruido de acuerdo con la normativa vigente» («a été detruit selon la réglementation en vigueur»). Sin embargo, algunos especialistas desde Francia dudan de que este expurgo se haya producido. «Me parece extraño porque en Francia el sistema de archivos está muy bien organizado. A veces hay eliminaciones de archivos , pero se hacen según reglas muy precisas, porque no se puede conservar todo (...) Seguramente sea una cosa que se ha producido hace treinta o cuarenta años en el marco de una selección, porque jamás he escuchado hablar de una destrucción de archivos relativos a los republicanos españoles en los años recientes», explica Geneviève Dreyfus-Armand , una de las grandes especialistas francesas en este periodo histórico que, además, forma parte del Comité Científico del 80 aniversario Exilio Republicano.
En 1997
Esa tesis –cuatro décadas– resulta extraña, pues en las comunicaciones a las que ha tenido acceso este diario se dice en todo momento que desde el archivo han actuado siguiendo normativa «en vigor», sin mencionar en ningún caso que el borrado se hubiera llevado a cabo con tantos años de anterioridad. Pero no solo es eso: en esos textos institucionales también se evidencia que se han conservado las signaturas de algunos informes eliminados, algo poco probable si el hecho se hubiese producido hace tanto tiempo. Desde el Archivo Departamental de Haute-Garonne siguen sin responder a las preguntas de ABC. Sin embargo, su directora, Anne Goulet , declaró a «El País» ayer que la destrucción se perpetró en 1997.
La cuestión es que el Gobierno español pudo conocer el problema, no su extensión, hace algunos meses, como denunciaba ABC. Desde la Secretaría de Estado de Memoria Democrática niegan rotundamente que tuviesen conocimiento de esta destrucción hasta ahora. Sin embargo, fuentes políticas aseguraron a ABC que su actual responsable, Fernando Martínez López , viajó a Toulouse el año pasado: «Vio el problema y sabe de lo que estamos hablando». Las versiones no coinciden...
Fondos administrativos
«Me resulta increíble que archivos de indudable importancia se cataloguen como documentos administrativos sin valor histórico y, por tanto, sean purgados siguiendo trámites habituales y obviando sus inherentes valores históricos y culturales , no solo para la historia francesa y española, sino para la de Europa», denuncia el historiador Rubén García , premio al mejor blog de 2019 por «O César, o Nada» .
Goulet precisó a «El País» sólo eran expedientes administrativos, pero después añadió: «Lamentamos que esta operación de clasificación haya sido realizada sin discernimiento , en detrimento de la memoria de la comunidad española ampliamente representada en Haut-Garonne y de este evento trágico de la historia española». Con esa declaración el Archivo confirma la información de ABC en la que se decía que el expurgo se realizó con una criba aleatoria («sin discernimiento») y sin tener en cuenta en absoluto su valor histórico. Al descubrirse la destrucción el pasado verano, nada podía asegurar que el proceso pudiera repetirse.
No hay que olvidar que los exiliados españoles se encontraron en un medio hostil por la desconfianza de las autoridades francesas en 1939. Tolouse fue la primera estación en el viacrucis del exilio . Allí muchos fueron constantemente vigilados por la policía y enviados a campos de concentración. Por eso estos registros perdidos son interesantes para la investigación: nos permiten reconstruir parte de las persecuciones que sufrieron. «Es evidente que la falta de esos documentos es una pérdida muy grande para conocer lo que fue realmente ese exilio», lamenta el historiador Jordi Canal.