El galeón de Manila zarpa desde el Museo Naval
Una exposición reconstruye la cubierta de la nave en tamaño real y recupera la gran aventura del buque español que inventó la globalización en el siglo XVI

¿Cuándo empezó la globalización? No muchos lo recuerdan: pero a los navegantes españoles debemos la primera red mundial de comerci o. El Museo Naval de Madrid inaugura hoy una preciosa exposición dedicada al Galeón de Manila , una memoria necesaria de cómo fue posible crear aquella ruta que unió tres continentes de manera continuada durante 250 años y que se convirtió en la primera red global de intercambio comercial, cultural, político y, en ocasiones, militar de la historia.
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Desde la porcelana Ming , o Quing, a los mantones de Manila, desde especias a los toros de lidia que llegaron a Manila. Todo viajó en las bodegas de este galeón. La ruta era durísima, puesto que duraba meses, pero también lucrativa. Hasta cuatro meses de retorno con un galeón cargado hasta los topes, que inundaba el mercado de Nueva España con los productos del extremo or iente . Los galeones fueron también, a su modo, los últimos de Filipinas.
Escenografía con sombras chinescas y ambientación de los dos mundos- MAYA BALANYA ¿Por qué España no mantiene una relación más vivaz con su inmensa historia? ¿Por qué no se estudia con más atención en las escuelas nuestra historia naval? ¿Acaso no es parte fundamental de lo que aportamos al mundo en que vivimos? Tal vez esta muestra del Naval está en el camino de la recuperación necesaria de todo aquello que, después de tanto darlo por sabido, habíamos llegado a infravalorar. Nuestro país dibujó el mundo tal y como lo conocemos. Un mundo que sigue desordenado, a pesar de que cada periodo histórico buscó su porpio orden, y cada vez más conectado, desde aquella primera conexión española del galeón de Manila. Tal vez podamos responder mejor a nuestros desafíos de hoy conociendo los de entonces, no con menos audacia y acierto que nuestros antepasados.