Frigdiano Álvaro Durántez: «En la iberofonía no somos 500 millones de personas, somos 800»
La Fundación Universitaria Iberoamericana impulsa la cooperación cultural en el nuevo espacio que une países lusófonos e hispanohablantes
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La Fundación Universitaria Iberoamericana ( Funiber ), con campus en tres continentes, acaba de nombrar director de relaciones institucionales a Frigdiano Álvaro Durántez (Madrid, 1969) , politólogo e investigador internacionalista que abrió un nuevo ámbito de estudio al arrojar luz en un contundente ensayo publicado en 2018 sobre las posibilidades que ofrecen las afinidades culturales entre los países lusófonos y la comunidad de estados hispanoamericanos que van imponiéndose. Se hicieron muy visibles el pasado octubre con la creación de la primera universidad española bilingüe en Angola.
¿Qué es iberofonía y por qué importa crecientemente? Según este investigador que ha servido desde 2009 hasta hace unas semanas como vocal asesor de estudios e informes de la Casa del Rey y que antes desarrolló su actividad en los Ministerios de Defensa y Exteriores, «el espacio panibérico o de la iberofonía une países de lenguas española y portuguesa de todos los continentes sin excepciones. Es superador del iberoamericano, que es continental. La iberofonía incluye Estados en África y Asia: Angola, Mozambique Cabo Verde, Guinea Ecuatorial, Guinea Bissau, Santo Tomé y Príncipe y Timor Oriental, y también a los hispanos de Estados Unidos, al pueblo sefardí, al saharaui y a las comunidades lusodescendientes», afirma.
—¿Cuánto suma esto a la comunidad hispanohablante?
—No somos 500 millones, somos 800 millones de personas en 30 países de todos los continentes, un 10% de la población mundial, el 20% de la superficie del planeta, y el primer bloque lingüístico, considerando esta definición una combinación ponderada de lengua materna y lengua oficial. La clave está en que el español y el portugués son las dos únicas grandes lenguas internacionales recíprocamente comprensibles.
—¿Quién ha impulsado o potencia este nuevo ámbito cultural?
—Las afinidades existen y han sido impulsadas por la fuerza de individuos e instituciones privadas hasta ahora. Es el momento para que instancias oficiales lo empujen de manera más clara y evidente. No es casual que una entidad de base cultural, educativa y universitaria sea la que haya visualizado este espacio y se haya proyectado desde América hasta África.
—¿Hay conciencia de esa comunidad?
—La afinidad es cultural, no necesita remitirse a procesos históricos. La conciencia de esa afinidad se está materializando ya. A la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP) se están incorporando países hispanohablantes y de manera simultánea se prioriza la cooperación de Estados lusoparlantes en el espacio iberoamericano. El pasado 5 de octubre se inauguró la Universidad Internacional de Cuanza en Angola, por el grupo de la Funiber y solo dos días después tuvo lugar el primer acto oficial panibérico de la historia, una reunión de ministros de Justicia de los países de lengua portuguesa y española, de Angola a Bolivia y de Timor Oriental a Andorra y España, presidido por el Rey.
—¿Qué valor práctico puede tener?
—Hay intereses en diferentes ámbitos. La articulación de este espacio ya está dando más influencia y visibilidad a los países iberófonos. Además, la identificación de estas afinidades favorece la cooperación horizontal y triangular entre estas sociedades, aunque estén en Europa, América, África o Asia. Y en el mundo globalizado, mediatizado por patrones culturales hegemónicamente anglosajones, existen muy pocos espacios de cultura y lengua que pueden hacer contrapeso, y el iberófono es el más grande. Ante ese globalismo anglosajón nosotros debemos pensar en universalismo hispánico, ibérico.
—¿Habrá algunas resistencias a la creación de este conjunto?
—De dos tipos: algún Estado central de otros grupos culturales ha identificado ya la fuerza del español y el portugués unidos. Si sumamos 800 millones, dónde queda otra lengua como el francés, que tiene pretensiones internacionales pero no la presencia que tenemos nosotros. Y luego, a nivel interno, los nacionalismos y movimientos particularistas que no ven la grandeza de aprovechar esta afinidad que nos viene dada y nos hace hermanos de 800 millones de personas en el mundo.
—¿Se puede decir que los alumnos egresados de Funiber se forman en esta idea panibérica?
—La Funiber impulsa esta tendencia, cada vez más, en ámbitos de salud, ingeniería, medio ambiente. Se promueve el estudio mutuo de nuestras lenguas para mejor comprensión. Los resultados en Angola son espectaculares.
—¿Qué otros actores han dado algún paso ya?
—Aparte de la universidad de Cuanza en Angola, hay ámbitos culturales diversos, desde la música a las academias olímpicas, que también están creando asociaciones panibéricas.
—¿Harán encuentros literarios o artísticos próximamente?
—Nos planteamos impulsarlo desde ahora más intensamente en todos los campos culturales posibles.