Entrevista
Fernando el Católico, el político adúltero que sí construyó España a base de pactos
El escritor y periodista Fernando Martínez Laínez revisa, en su nuevo ensayo histórico, la faceta más negociadora de Fernando el Católico
Fernando el Católico ha pasado a la historia por victorias militares como la de Toro o campañas como la conquista de Granada . Sin embargo, contaba también con una faceta que suele quedar relegada en los libros: la política. Por suerte, en este lado más desconocido de su personalidad ha buceado el escritor y periodista Fernando Martínez Laínez en su ensayo histórico «Fernando el Católico» (Edaf, 2016) . Publicado en pleno 500 aniversario de la muerte del monarca , el texto no puede estar más de actualidad. Y es que, además de la espada, el rey también sabía usar sus dotes como mediador para que las diferentes partes enfrentadas en un conflicto terminaran cediendo. Nada que ver con lo que sucede estas semanas con nuestros políticos . «Siempre supo manejar los pactos políticos. Fueron su mejor arma. Se le considera un maestro en llegar a acuerdos para armonizar antagonismos», explica el autor a ABC.
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Curiosamente, Fernando llevó a cabo su primer acuerdo político de envergadura al concertar la boda con Isabel . Un matrimonio que pondría los cimientos de la futura España fusionando en varias facetas Castilla y Aragón. Y todo ello, sin que los cónyuges se hubiesen visto previamente. Algo parecido a lo que trata de hacer el PSOE con Ciudadanos , una curiosa pareja para formar gobierno que nunca antes se había presentado a unas elecciones generales.
Con todo, los del « tanto monta, monta tanto » se terminaron al final demostrando su cariño... algo que es más difícil que suceda entre Sánchez y Rivera . «Al principio se trataba de un matrimonio político, pero la realidad es que ambos sintieron un gran afecto mutuo desde su primer encuentro y se amaron mientras estuvieron juntos», destaca Laínez. Su enlace fue tan fuerte que Isabel llegó a pasar por alto los deslices de su esposo con otras mujeres. Un perdón que, probablemente, Albert no daría a Pedro si este eligiera a Pablo Iglesias .
A su vez, Fernando supo ceder a algunas exigencias de su esposa para que ambos pudieran formar un gobierno conjunto , Lo mismo pasó con Isabel, que sabía lo necesario que era para Castilla contar con la alianza del reino vecino. «Aragón necesitaba de Castilla para defender sus intereses mediterráneos, y Castilla abría una puerta importante para su proyección europea», explica el autor. Lo que sí parece que está claro es que ambas parejas -Fernando e Isabel y Sánchez y Rivera- tienen un enemigo único. La primera, el acudir de nuevo a las elecciones . La segunda, los musulmanes . Unos contrarios ante los que ser vencidos podría significar el desastre. «La conquista de Granada fue una guerra que, en caso de derrota, hubiera dejado maltrecha la alianza entre Aragón y Castilla . Con la victoria, sin embargo, esa alianza se robusteció», sentencia Laínez.
¿La expulsión de los judíos fue un acto de fe, o un acto político en el que importaron más las ventajas propagandísticas que ofrecían a la Corona?
La verdad es que la expulsión deja incógnitas importantes sobre las verdaderas razones que la motivaron. Sabemos que ni Fernando ni Isabel eran antijudíos , ya que tenían muchos colaboradores y consejeros de esa etnia, y el mismo Fernando tenía ancestros judíos. En realidad, las razones de la tajante expulsión no están muy claras. Creo que mayormente tuvieron que ver con evitar un enfrentamiento civil por motivos religiosos, y apuntalar la unidad política peninsular, recién conseguida, con la unidad religiosa. Hay que tener en cuenta que en ese tiempo era impensable en Europa un reino dividido religiosamente, y que existía un rechazo generalizado importante, sobre todo en Castilla, contra los conversos y judíos, que eran considerados una clase económicamente privilegiada . De lo que no hay duda es que para España la expulsión resultó a la larga muy negativa desde el punto de vista económico.
¿Era, en definitiva, mejor político que militar?
En ambas facetas brilló a gran altura. Su talento militar era grande, pero creo que su talento político, como hombre de Estado , fue todavía mayor. En ese terreno fue un auténtico fuera de serie.