Obituario
Fallece Julio Neira: un erudito apasionado
Gran conocedor de las vanguardias, y en especial de poetas como Altolaguirre, Gerardo Diego o Hinojosa, fue además un importante gestor cultural, y un militante socialista, primero en Cantabria y luego en Andalucía
Vía la Academia de Antequera , de la que él era miembro, me entero, con gran pesar, de la muerte, el pasado día 7, a consecuencia de un cáncer, de Julio Neira, compañero en lides vanguardistas, gestor cultural, editor , y tantas otras cosas... Madrileño de 1954, profesor en su juventud en Rabat y luego Cáceres, donde aprendió mucho a la sombra de Rozas, vivió entre Málaga (donde ha fallecido) y Santander, de donde es su mujer, Teresa Arce , hija del recordado Manuel Arce. Apenas veinteañeros, juntos revivieron el nombre de la revista de aquél, ‘La Isla de los Ratones’, como sello editorial donde apareció su primer libro, sobre la revista ‘Litoral’ (1978).
Si importante fue ‘Viajero de soledades: Estudios sobre José María Hinojosa’ (1999), mención especialísima merece su ‘Manuel Altolaguirre, impresor y editor’ (2008), apabullante suma, editada por la Residencia , en torno a la labor impresora del poeta malagueño errante. Otro gran libro, ‘La edición de textos: Poesía española contemporánea’ (2002), publicado por la UNED (de la que era catedrático), sería seguido de un par de panorámicas: ‘La quimera de los sueños: Claves de la poesía del 27’ (2009), y ‘De musas, aeroplanos y trincheras: Estudios sobre poesía española’ (2015), también en la UNED. En 2012, dos volúmenes nacidos ambos de la misma fascinación: ‘Historia poética de Nueva York en la España contemporánea’, en Cátedra, y la antología ‘Geometría y angustia: Poetas españoles en Nueva York’, en Vandalia.
Pocas personas he conocido tan apasionadas como Neira por la edición de poesía y el arte epistolar, en torno al cual promovió un grupo fantástico, como tuve ocasión de comprobar en el par de ocasiones en que coincidí con él y otros locos del mismo, en Bérgamo, en uno de los convivios presididos por Gabriele Morelli . Ejemplares sus ediciones de la correspondencia de Hinojosa (1998); de la cruzada entre Jorge Guillén y José María de Cossío (2002); del ‘Epistolario santanderino’ (2003) de Gerardo Diego ; y, en 1987, de la de Blas de Otero cuando ‘Pido la paz y la palabra’. También publicó monografías sobre Aldana, Menéndez Pelayo, Aleixandre, Cernuda o Caballero Bonald, y, promovió volúmenes colectivos sobre Alberti y María Teresa León o sobre José Hierro, y ordenó una edición facsimilar de las dos primeras épocas de ‘Litoral’, e hizo ediciones críticas de, entre otros, Moreno Villa o Rafael Ballesteros. Como gestor cultural, dirigió con tino el Centro del 27 de Málaga , y luego el Centro Andaluz de las Letras , para más tarde convertirse en director general del Libro de la Junta. Sé menos del Neira político, asesor de Rubalcaba , diputado en el Parlamento de Cantabria, frustrado candidato por el PSOE a la presidencia de esa comunidad, pero sí tuve más de una ocasión de comprobar que, en buen representante de la generación de la Transición, era un socialista no sectario.