Exponen en San Sebastián una de las espadas más exclusivas del mundo
Es una de las doce espadas «jinetas» que se conservan en el mundo y está en el Museo San Telmo de San Sebastián, que ahora la exhibe después de su restauración
Una de las doce espadas «jinetas» que se conservan en el mundo está en el Museo San Telmo de San Sebastián, que la exhibe ahora recién restaurada como una de las piezas de gran valor de su colección.
Esta pieza, de producción característica nazarí, se podrá contemplar en el museo donostiarra hasta el próximo mes de diciembre, ya que después será prestada para una exposición sobre «Las artes del metal en el Al Andalus» organizada por Acción Cultural Española y el Museo Arqueológico Nacional en Madrid y Alicante, y no será devuelta hasta octubre de 2020.
La espada de San Telmo conserva excepcionalmente su vaina –solo la mitad de las que existen la tienen–, así como los dos tahalíes o correajes textiles para ser colgada. Destaca además su buen estado de conservación y su calidad, tanto de su factura en las distintas técnicas de fabricación como en los materiales utilizados en ellas.
Su medida, entre hoja y empuñadura, es de 94,5 centímetros. Esta última parte concentra la parte artística y decorativa más importante, y está realizada en plata sobredorada formando alveolos y cavidades con una decoración exquisita a base de lazos, atauriques, motivos vegetales y caligráficos, ha explicado en rueda de prensa la directora del Museo, Susana Soto.
La espada fue donada en 1940 por María Dolores Porcel y Guirior, para cumplir el deseo de su hermana fallecida, la Marquesa de San Millán y Villalegre. Al parecer, la pieza procedía de Don Íñigo López de Mendoza, conde de Tendilla y primer alcaide de Granada tras la rendición.
Según consta en el expediente de donación, «se trata de la espada que el último rey moro de Granada, Boabdil , entregó a los Reyes Católicos al rendir estos la ciudad», aunque la considerada como auténtica se encuentra en el Museo del Ejército de Toledo.
El interés que ha suscitado la restauración de la pieza ha dado pie a incluirla en los Miaka, los cuadernos de investigación de colecciones de San Telmo que se publican en la web del museo.
Las espadas «jineta» fueron introducidas por la tribu de los zenetes, que llegaron a la Península para ayudar al régimen califal con una nueva forma de pelear, derivada de una forma de montar a caballo en la que ganaban en ligereza y velocidad.