La España vaciada y la pandemia

El pasado fin de semana, ABC publicó un reportaje sobre el rico vocabulario que puede estar perdiéndose en nuestros pueblos. Vinculado a ello, hemos considerado publicar esta conferencia magistral de Jaime Lamo de Espinosa

Cubillo de Ojeda, pueblo palentino con tres habitantes EFE

Jaime Lamo de Espinosa

El pasado fin de semana, ABC publicó un reportaje sobre el rico vocabulario de la España vaciada, que en muchos casos está en peligro de extinción con las penosas consecuencias para nuestro patrimonio cultural que supondría. Y derivado y vinculado a aquello, este periódico ha tenido acceso a la conferencia magistral que pocos días antes de la publicación del artículo hizo Jaime Lamo de Espinosa , exministro de la Transición y catedrático emérito, por la inaguración del año académico en la Universidad Politécnica de Madrid en presencia de los Reyes. El título del discurso, que toca un amplio conjunto de ámbitos, fue: «La España vaciada y la pandemia» . El debate entre vacía o vaciada, menciones a Delibes, Rulfo, Abel Hernández o García Marquez hacen que tenga gran interés cultural. Con todo, lo reproducimos íntegramente.

Majestad

Me corresponde el inmenso honor de dictar, Señor, en Vuestra presencia esta lección de apertura del curso académico 2020-2021, de todas las Universidades españolas. Un honor que agradezco a mi Magnífico Rector por su invitación y un mayor honor porque sea bajo Vuestra presidencia. Gracias Señor en nombre de esta mi Universidad y de todos los compañeros de docencia e investigación que hoy nos acompañan, los que nos siguen por vía digital y en el mío propio.

Majestad,

Celebramos en este curso el 50 aniversario de nuestra creación (1971), cuando se integraron en esta Universidad muy diversos escuelas de ingenieros – navales, minas, caminos, agrónomos, etc- cuya historia se remontaba, incluso en algunos casos, a casi dos siglos. Concretamente, mi Escuela, hoy llamada de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas, fue creada en 1855, (con el nombre de Escuela Central de Agricultura) bajo el reinado de Isabel Il y la presidencia del Consejo de Ministros del liberal G Pero hubo otras más antiguas, como esta de Caminos que nos acoge, que data de 1802.

Y en este medio siglo, la Universidad Politécnica de Madrid se ha convertido en la quinta mejor universidad del mundo en el campo de la Ingeniería Civil y es una de las dos universidades españolas que se sitúan entre las 10 mejores a nivel global, en algún área de conocimiento, según el ranking de Shanghai. Hoy es pues un día de alegría para todos nosotros, los politécnicos. Y por eso me ilusiona recuperar las palabras que Ortega y Gasset' escribió en el diario

El Sol, hace 101 años, bajo el título «La fiesta de los ingenieros» con ocasión de una Congreso Nacional que presentó a su término un importante informe para la «reconstrucción» de España a Vuestro augusto bisabuelo el Rey Alfonso XIII.

«Reconstrucción», la misma expresión bajo la que vivimos esta salida de la crisis económica pandémica. Ortega alababa la iniciativa de quienes proponían presentar al Rey -cito literalmente- «un plan completo de reconstrucción nacional»... y nos calificaba a los ingenieros como hombres de ciencia y práctica técnica. No se equivocaba.

La pandemia

Sin embargo no puede ser un día de fiesta cuando vivimos un momento trágico que nos genera la inmensa pandemia que ha regresado. Una pandemia que no ha sido un suceso inesperado. Por eso Nassim Taleb no lo considera como un «cisne negro» porque era evitable . Y además en la «Estrategia de Seguridad Nacional española de 2017 se auguraban epidemias y pandemias junto al cambio climático. Pandemia que fue, por otra parte anunciada, enumerando las antes ocurridas, hace ya un lustro por mi ilustre compañero de catedra de Agrónomos, Francisco García Olmedo», en un importante trabajo sobre zoonosis, donde, en uno de cuyos epígrafes, titulado «La gran pandemia que viene», ya nos hablaba del virus SARS-COV.

Una pandemia que nos está cambiando el modo de contemplar nuestra vida presente y futura. Hemos sido confinados, no por bomba o ataques bélicos sino por el virus. Hemos paralizado la economía un tiempo demasiado largo, lo que ha tenido ya efectos nefastos. Se anuncia ya por todos los analistas un PIB demoledor para este año, más aún si este nuevo rebrote acentúa duramente sus rasgos. Y nos ha aparecido una nueva forma de trabajo, el teletrabajo, que está cambiando la visión del modo urbano de vida de muchas gentes, donde nos transmitimos con enorme rapidez contagios y muerte.

Un mundo urbano

Porque sí, vivimos en una sociedad mundial donde la población urbana superó a la rural en 2008. Más de la mitad, hoy, de los habitantes de esta aldea global vive ya en megaciudades y a menos de 100km de las costas...vaciando el interior.

Y estos procesos crecientes de concentración urbana, al tiempo, nos han llevado a que Europa que era el 25% de la población mundial hace medio siglo, sea hoy sólo un 6%. Ya no vivimos un mundo centroeuropeo. El centro es Asia. Más de la mitad de la población mundial vive en el extremo oriental. Y eso ha hecho aparecer un nuevo mapa post-europeo y geo-asiático del mundo. Y esas potencias demográficas y económicas devienen potencia políticas y militares, como nos recuerda el Real Instituto Elcano, que preside V.M.

La despoblación rural

En paralelo, mientras que eso sucede, en gran parte de Europa, en España, Francia, Italia, etc los pueblos desaparecen, son abandonados o caminan hacia su extinción. Es la «España vacía» de Sergio del Molino o la «España vaciada».

La población española ha crecido en un 38 % en estos últimos 50 años. Pero al tiempo e inversamente, se ha intensificado el proceso de despoblación geográfica en la última década.

Desde 2001, nueve de nuestras 17 Comunidades Autónomas decrecen. Y de los 8.000 municipios que hay en España, 5.000 han perdido un 63% de población.

Son pueblos llenos de adioses de los que se fueron...

Y no son los últimos. El INE asegura que más de la mitad, de los municipios de toda España están amenazados de «extinción demográfica». Sí, un 80% de pueblos de 14 provincias están actualmente en ese riesgo.

Densidad

Ya este grave problema hay que añadir los derivados de la baja densidad de población, que dificultan la prestación de servicios básicos. La densidad media en España es de 93 hab/km2, frente a la media europea que se sitúa en los 120 hab/km2.

Aún peor, casi 4.000 municipios suman una densidad inferior a los 12,5 hab/km2, el umbral que la UE considera como de «riesgo demográfico». En lo que llamamos la Serranía Celtibérica, que, ya en 1863, Fermín Caballero', denominó como «cordillera celtibérica», los profesores Francisco y Pilar Burillo de la Universidad de Zaragoza, nos dicen que estamos en una densidad por debajo de los 8 hab/km2. Con razón, esa Serranía es llamada ya la Laponia del Sur.

Y lo más grave es que dicha Serranía solo tiene 4 municipios por encima de 10.000 habitantes (Cuenca, Soria, Teruel y Calatayud), mientras que en el resto de España hay 752. Y su área más paradigmática puede ser el viejo Señorío de Molina de Aragón que Burillo define como el «epicentro del mayor desierto demográfico de Europa».

Envejecimiento. El invierno demográfico

Y este vaciamiento se agravará si pensamos que la población que queda es de edad muy avanzada. Somos el país de la UE con la mayor esperanza de vida al nacer: 83 años. Sí. En España ya hay casi 9 millones de mayores de 65 años, una de cada cinco personas. Y tenemos más abuelos que nietos.

Pero este envejecimiento aparece más concentrado en los pequeños municipios rurales. Aquí superan los 65 años, uno de cada cuatro, en los de menos de 5.000 habitantes. Y casi el 15%, también, alcanza los 80 años.

Estas edades pronostican una reducción demográfica próxima de alta intensidad. Mientras que en las ciudades de más de 50.000 habitantes, su número se mantiene cuasi constante.. Y como se van los que tienen fuerza de trabajo a otros lugares de España o fuera - recordemos la emigración de los años 60- esos municipios están sometidos de modo acentuado a lo que denomina Michel Schooyans el «invierno demográfico». Baja o nula natalidad, alta mortalidad, emigración, crecimiento vegetativo negativo, densidad decreciente, etc. La población española hoy solo crece por la inmigración... Nacen hoy menos españoles que a finales del XVIII o que durante la Guerra Civil. Fue profético Michel Rocardo cuando en 1989 nos anunció: La mayor parte de los estados de Europa llevan camino de suicidarse por la demografía.

Estamos, pues, ante una demotanasia notable.

Vacía o vaciada

Olvidemos ya los números y la parte descriptiva y pasemos al diagnóstico. Hoy, la España vacía es una dura realidad. Pero ¿por qué hablamos de la España vaciada? Porque ha habido políticas y fenómenos sociológicos que han inducido ese vaciamiento. Porque la enseñanza - desaparece el maestro- se va de los pueblos pequeños a las cabeceras de comarca; porque los jóvenes comienzan ya su «emigración personal»... ven en la TV que hay más vida, otra vida, fuera del pueblo..., porque el médico rural es sustituido por el centro ambulatorio u hospitalario a kms de distancia..., porque los bancos abandonan esos pueblos y sitúan cajeros... que años más tarde eliminan..., porque los comercios cierran cuando la población disminuye...; porque la conservación de las pequeñas carreteras comarcales desparece...; porque las estaciones de ff.cc. próximas se cierran... no hay usuarios...; porque no hay 3G ni fibra óptica... en suma, porque no hay mercado...ni igualdad de dotaciones territoriales. Y por eso se han generado movimientos ciudadanos – que van a más- en Teruel, Soria, Palencia, Zamora, etc. exigiendo un trato justo e igualitario para sus provincias.

Pérdida de la cultura rural

Y perdemos población pero también una veja cultura. La mayor parte de nuestra población ignora lo que fue y es la vida rural. Y no la aprecia, como si sucede en Francia. Miguel Delibes, que nació hace un siglo, gran enamorado del campo de Castilla, donde vivió y fue testigo de su tiempo, nos narró ya en 1950, en El Camino, como el joven, casi niño, Daniel, «el Mochuelo», abandona la escuela y el pueblo para ir a la ciudad empujado por su padre que no lo quería por agricultor.

Y tenemos que leer a Abel Hernándeza con sus dos ejemplares libros sobre su pueblo, Sarnago en Soria, abandonado ya hace años, donde las campanas ya no suenan... Sarnago es para Abel Hernández como Macondo para el Aureliano Buendía de Gabriel García Márquez o Comala para el Pedro Páramo de Juan Rulfo.

Porque sí, esos pueblos de la España vaciada nos recuerdan el libro de Juan Rulfo, en el que las almas sepultadas van contando entre susurros la narración de vida fracasadas, de hombres y mujeres olvidados, de renuncias, de alucinaciones... finales amargos y fracasos ya irremediables.

Son las vidas de las gentes que se fueron, ... ¡Una cultura desaparecida ! Sí, una cultura, una manera de vivir. Han desaparecido las personas, los modismos y las formas de hablar, las canciones, la forma de comunicarse...

Es, Señor, el final de una cultura milenaria que requeriría ser actualizada y conservada por toda España. Sería ésta una tarea cultural grandiosa. Insto una vez más, a la Real Academia de la Lengua Española, a las Universidades, todas, y a los Ministerios de Universidades, de Cultura y Deporte y de Agricultura para que de consuno lleven adelante este gran proyecto de recuperación. Aquí no debe haber diferencias sino trabajo conjunto. Y cuanto antes.

Majestad vuestra ayuda e impulso, la ayuda de la Corona, sería muy decisiva en esta cuestión cultural tan importante.

Ser agricultor

Porque lo malo es que este proceso avanza día a día, por el nulo deseo de ser agricultor. Parece una profesión antigua, obsoleta. Y sin embargo dos grandes potencias, EEUU y Rusia, apoyan su economía en sus agriculturas. Las dos pelean por el mercado mundial de los cereales y otras producciones. Y aplican políticas de conservación del sector primario con más entusiasmo cada día. Ser agricultor es moderno en EEUU o Rusia y anticuado aquí. ¿Cómo se explica?

Es cierto que la AEMET nos advierte que España se calienta más deprisa. «EI calentamiento no solo no cesa sino que se está acelerando». Y, al tiempo, disponemos de menos agua que hace 50 años. Por eso los riegos son más y más necesarios para mantener una pujante agricultura pero siendo más eficientes en el uso del agua. Esto se recordaba«» hace unas semanas (8.septiembre) ante el Congreso de los Diputados, defendiendo la creación de 2,5 millones de ha de nuevos regadíos lo que generaría unos 5 millones de puestos de trabajo con positiva influencia en la fijación de población en el medio rural en vaciamiento. Además de un conjunto de externalidades positivas de todos conocidas.

En Europa

Pero es cierto que esto no solo está ocurriendo en España. También en toda Europa con diferentes intensidades. La preocupación en Francia por este mismo fenómeno de abandono poblacional es muy superior a la española. Hasta el punto de que, nada menos que el propio Presidente de la República, Macron , el pasado 14 julio, decía a los franceses : «Doy las gracias a la Granja Francia» por el abastecimiento durante los días duros de confinamiento y añadía: «Cuando uno es agricultor o ganadero no es el demonio. Y anunció un Plan de Recuperación.

Francia, como se ve, sufre pero no igual. Paris es menos atractivo para el campesino francés que Madrid para el español. La Francia vacía, por eso, no es un problema tan agudo como el español. Entre otras cosas porque goza de una excelente tasa de natalidad.

También Italia tiene este problema y trabaja en esta dirección. La Agenzia del Demanio (Agencia de Propiedad del Estado) está «regalando» edificios históricos, castillos, grandes villas, etc., a través de para que sean reconvertidos a la búsqueda de un turismo responsable y respetuoso con la tierra y el medio ambiente.

Y aquí, en España, un pueblo como Zucaina , en la provincia de Castellón con solo 172 habitantes, ofrece un puesto de trabajo, con posibilidad de otro, y una casa en el pueblo, para aquellas familias que tengan al menos dos hijos en edad escolar y a cambio, los nuevos vecinos deben comprometerse a escolarizar a sus hijos en el colegio público municipal. Otro factor que juega a favor de este pueblo es que es una zona libre de coronavirus .

Soluciones

Y llegados aquí, las preguntas son:

1) ¿Podemos pensar que esa emigración rural ha sido causada por la decadencia de una agricultura de escasa producción y bajos mercados ? y...

2) ¿Caben soluciones a este nuestro problema?

La respuesta a la primera es No. En absoluto, es exactamente lo contrario. La modernización del sector agrario durante los últimos 50 años ha sido tan intensa que ha hecho posible que, en una situación de emergencia como la sufrida por la pandemia, haya respondido con una potencia agroalimentaria impresionante, sorprendente para muchos, capaz de mantener surtidos los lineales del país entero y aún de exportar alimentos con una calidad de primer nivel. Hoy nuestro Sistema Agroalimentario es de los primeros de Europa y somos los primeros exportadores de muchos productos con una balanza comercial altamente positiva. Y habrá que agradecer siempre a los integrantes de ese Sistema por la ayuda prestada en aquellas duras hora de confinamiento.

Y ¿Caben soluciones? No soy optimista. No veo cómo generar una contracorriente que restituya los equilibrios territoriales y demográficos. No al menos en el corto o medio plazo. Y no con la suficiente intensidad. Y no veo tampoco una ansiedad sociológica nacional por frenar el proceso e invertir su tendencia.

Aquí está muy arraigado que marchar del campo a la ciudad es un símbolo de progreso. Habría que hacer mucha pedagogía política para revertir este paradigma en favor de su contrario. E instrumentar un sinnúmero de decisiones políticas de alto coste presupuestario difíciles de sumar, dado nuestros actuales niveles de gasto y déficit público.

El tema ha alcanzado tales niveles que incluso en reuniones con el Defensor del Pueblo, (desde noviembre de 2018), la Asociación de la Serranía Celtibérica, solicitó interviniera ante el Gobierno de España para que fueran declaradas tales zonas en situación de «Catástrofe Demográfica».

Pero algo está cambiando. El teletrabajo se ha convertido en un importante aliado del mundo rural. Ahora, las agencias inmobiliarias ofrecen casas y pueblos a personas que quieren abandonar las ciudades huyendo del contagio del Covid-19 y vivir mediante el teletrabajo. Son los nuevos «nómadas digitales». Y es que frente a la vida limitada y amedrentada de la pandemia en las grandes ciudades se abre otra prometedora y libre en los núcleos rurales. Hay miles de ayuntamientos esperando esa demanda. Esa es la nueva oferta rural en esta dura coyuntura. El interés por la compra de inmuebles rurales y tierras es mayor, siempre que su movilidad y su conexión digital esté asegurada por las autoridades.. ¿Será esta una tendencia constante? Lo ignoramos, pero no es mal principio.

Por eso, si creo que cabe incentivar la actividad económica en esas poblaciones mediante la garantía de determinados servicios públicos mínimos y necesarios. Y solo fondos procedentes de la Unión Europea en virtud del COVID, en favor de un proyecto nuevo, hoy inexistente, y una mejora en las ayudas de la PAC para estas zonas, serían parte de la solución imaginable.

En este ámbito el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, está elaborando una Agenda de digitalización para el sector. Esas poblaciones necesitan wifi en todas las localidades porque un estudio de esta Universidad muestra que sólo el 40% de las zonas rurales europeas tienen conexión de banda ancha. Ya lo mejor, mirando hacia atrás -siempre me gustó la época de Carlos III podríamos incluso pensar en «población nueva para viejas poblaciones». Dicho

epoblar la España vaciada con población inmigrante que acepte su nacionalidad con el compromiso de su residencia rural por 10 años o más, como hicieron Olavide y Ward con la implantación de colonos extranjeros en Sierra Morena en tiempos de Carlos III. Y finalmente, en los novísimos Planes de Recuperación y Resiliencia de la Unión, donde se incluyen como grandes objetivos la transición ecológica, la transición digital, la cohesión social y la estabilidad macroeconómica, deberemos aprovecharlos para llevar los servicios de banda ancha rápida en todas las regiones y hogares rurales para facilitar el teletrabajo y la nueva colonización de los urbanitas.

Para ello habrá que animar a las autoridades, todas, a que generen bajo el máximo consenso y con ánimo de coincidir, disposiciones contra la despoblación, exenciones fiscales a los que se instalen y sus empresas, mejoren sus comunicaciones, reabran escuelas y centros de salud, y ayuden a los jóvenes.

Los que quedan...

Y es preciso que tengamos esperanza en esa recuperación si contamos también con los que quedan en la España vacía esperando esas ayudas. Ayudémosles. Según Serranía Celtibérica, y cito seguidamente de modo extractado, aunque son pocos, la España rural del interior no está totalmente vacía:

quedan quienes se han resistido a emigrar a las grandes ciudades, quedan los custodios del territorio, de su inmenso patrimonio natural y cultural, quedan quienes cuidan los bosques para que sigan proporcionando el oxigeno y relax espiritual quedan los guardianes de los pueblos para que los fines de semana y en periodos vacacionales regresen quienes se han visto obligados a emigrar, quedan quienes aman el paisaje y el patrimonio cultural sin distinciones ni barreras locales; quedan los agricultores y ganaderos que, aunque pocos, siguen dando de comer a la España poblada y metropolitana, quedan quienes siguen rescatando para la posteridad los últimos testimonios de la cultura milenaria del campesinado, quedan los que construyen desde las utopías realizables una Vida Rural viva,

quedan los que creen firmemente que con esperanza, alegría y responsabilidad se podrá transformar esta realidad impuesta, Y quedamos todos aquellos que no viviendo en el campo, en el medio rural, sentimos éste vacío muy cerca, muy próximo, muy nuestro, y nos duele este abandono y luchamos frente a él.

Y termino ya.

Majestad, Presidenta de la Comunidad Autónoma, Magnífico Rector de la UPM, Sr. Ministros, Magnífico Rector Presidente de la CRUE,

Para esos que quedan, que quedamos, esperamos la ayuda de un gran Pacto de Estado que al amparo de los Planes de Recuperación europeos y por un amplio consenso entre partidos frene e invierta la tendencia actual.

Recordaba al inicio que Ortega decía que somos los ingenieros «hombres de ciencia y práctica técnica». Si, lo somos. Y por eso ante un problema como éste o ante otros, trabajamos uniendo ciencia y técnica para resolver problemas de todas las ingenierías, más aún en el Postcovid, que precisa de la ayuda de tantos expertos multidisciplinares.

Por eso el anuncio hecho por nuestro compañero politécnico, el ministro de Ciencia e Innovación, de duplicar la inversión en ciencia hasta el año 2027, solo puede llenarnos de satisfacción y agradecimiento.

Y espero y confío que una parte de esas investigaciones vayan en la línea de ayudar a resolver los problemas ya comentados de esa España vaciada que aspira a recobrar su puesto en la escala demográfica y económica española.

Nada más.

Gracias Señor.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación