Encuentran un juego de mesa de hace 1.700 años en Noruega
Jugado por los romanos, se llama «ludus latrunculorum» y consta de 19 piezas que incluyen un dado alargado. Consiste en un desafío de estrategias militares entre dos jugadores parecido al ajerez y muy popular en el imperio
Arqueólogos han descubierto un antiguo juego de mesa en Noruega que fue jugado por los romanos hace unos 1.700 años . El juego, llamado «ludus latrunculorum», consta de 19 piezas que incluyen un dado alargado. Se trata de un desafío de tácticas militares entre dos jugadores.
Junto con el juego, los investigadores descubrieron cerámica y fragmentos de huesos además de haber sido localizados en un pozo de cremación, lugar de entierro para alguien de un estatus notable, según informa «The Daily Mail».
El «ludus latrunculorum» es un juego de habilidad en el que dos jugadores se enfrentan cara a cara con el objetivo de capturar las piezas del oponente. Parecido al ajedrez , este juego fue muy popular en todo el imperio romano.
Dos jugadores movían las piezas de cerámica, vidrio o piedra sobre la cuadrícula de un tablero rectangular intentando rodear y capturar a las de su rival. Una pieza de un color atrapada entre dos del contrario se retiraba del juego. El ganador era el jugador que capturaba todas las piezas del oponente.
El descubrimiento fue hecho por un equipo del Museo de la Universidad de Bergen, que estaba excavando los restos de un entierro de la Edad del Hierro en Ytre Fosse, en el oeste de Noruega. El historiador Morten Ramstad , le dijo a la emisora pública noruega NRK: «Estos son objetos que dan testimonio de contacto con el Imperio Romano, donde les gustaba divertirse con juegos de mesa. Las personas que jugaban juegos como este eran la aristocracia local o la clase alta ».
Los dados, hechos de hueso, están grabados con círculos que representan símbolos numéricos. El dado es de un tipo muy raro, exclusivo para la Edad de Hierro Romana, que abarca desde año 1 d. C. hasta el 400 d. C. «Encontrar un juego que tiene casi dos mil años es increíblemente fascinante. Nos dice que la gente no era muy diferente a nosotros », añade el historiador.