«Ay…, Emilia…, ¡si supiera ella cuánto la sigo envidiando yo también!...»

Natalia Millán recuerda en un vídeo para la Comunidad de Madrid la relación entre Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán, cuando se cumplen 99 años de la muerte de la escritora

Emilia Pardo Bazán

ABC

«Ay…, Emilia…, ¡si supiera ella cuánto la sigo envidiando yo también!... Quizá haya oportunidad aún de decírselo. No sé… Cierto es que, en mi caso, a diferencia del resto, mucho mayor que la envidia ha sido siempre el cariño por ella, y tan grande como este… mi profunda admiración».

Este es un fragmento del texto que lee la actriz Natalia Millán en un vídeo con el que la Comunidad de Madrid quiere recordar el 99 aniversario de la muerte de Emilia Pardo Bazán. La grabación se inscribe en los actos conmemorativos del centenario Galdós, que coordina Juan Carlos Pérez de la Fuente. El novelista canario mantuvo una relación amorosa -«fue un amor enorme, verdadero», dice Germán Gullón, experto en su obra- con la escritora gallega.

El texto que lee Natalia Millán es obra del periodista y dramaturgo Raúl Losánez. «Que dos escritores de la talla de Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán coincidiesen en el tiempo y se conociesen personalmente es solo fruto –otro más entre tantos- del azar», dice Losánez. «Lo que no parece de ningún modo atribuible a la casualidad, sino más bien contrario a ella, son el entendimiento, la colaboración, el amor, la amistad y el respeto que hubo entre estos dos genios letraheridos, en cuya atípica y avanzada relación cabe intuir, condensada, toda la complejidad del paisanaje que ambos, con extraordinaria destreza, dibujaron en sus novelas. Decimos “intuir” porque es mucho lo que no sabemos y quizá nunca sepamos ya: de la correspondencia que mantuvieron, se conservan más de 90 cartas firmadas por doña Emilia, pero solo una escrita por Galdós. Por este motivo, e inspirados únicamente por un sentimiento de admiración, hemos querido jugar a recrear algún que otro pensamiento íntimo de tantos como don Benito se empeñó en escondernos. Obviamente, los hemos recuperado, como él mismo diría, con las hechuras de nuestra propia imaginación».

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