EL ESPECTRO DE LA TRAICIÓN
Ewen Montagu, el cerebro que consiguió engañar a Hitler y cambiar el rumbo de la II Guerra Mundial
Como oficial de la inteligencia naval, ideó el lanzamiento de un cadáver con documentación falsa para convencer a los alemanes de que el desembarco sería por Grecia. El cuerpo apareció en una playa de Huelva. Hitler se tragó el ardid y los aliados desembarcaron por Sicilia
La Operación Mincemeat (Carne Picada) ha pasado a la historia del espionaje no sólo como una obra maestra del engaño sino también como un ardid que ahorró decenas de miles de vidas de los aliados cuando invadieron Sicilia en julio de 1943. El hombre que la ideó y planificó hasta los últimos detalles se llamaba Ewen Edward Montagu , un capitán de la inteligencia naval británica.
Montagu, nacido en el seno de una familia aristocrática de origen judío, había estudiado leyes en Cambridge y en Harvard . Cuando estaba a punto de estallar la guerra, abandonó su prometedora carrera como abogado y se alistó voluntario en la Royal Navy . Tenía 37 años.
Se le concedió el grado de capitán y fue destinado a servir en el Almirantazgo. Sus jefes observaron su potencial intelectual y decidieron ponerle a trabajar en los servicios de inteligencia . Él fue el responsable de Mincemeat, un proyecto que había sido desechado y que volvió a revisarse cuando los aliados decidieron avanzar desde el sur de Italia para atacar al Ejército de ocupación de Hitler .
El objetivo de esta operación era engañar a los alemanes para que creyeran que la invasión iba a producirse por Grecia y no por Sicilia. Y el éxito no pudo ser mayor puesto que el propio Hitler se tragó la fabulación y ordenó trasladar dos divisiones para reforzar las defensas de la costa griega.
La dificultad de la que era muy consciente Montagu era montar un escenario que resultara creíble . Y lo que se le ocurrió fue utilizar el cadáver de una persona fallecida de neumonía en un hospital de Londres. Le fabricaron una nueva identidad con el nombre de William Martin , de 34 años, con el grado de comandante, nacido en Cardiff.
El cadáver fue arrojado al mar en abril de 1943 por un submarino inglés al sur de Huelva , donde fue encontrado en la playa de El Portil por un pescador de Punta Umbría . Llevaba un maletín atado al brazo, simulando haber perdido la vida en un accidente de aviación.
Las autoridades españolas avisaron a la Abwehr, el servicio de inteligencia alemana, que examinó el cuerpo. En sus ropas, llevaba un falso carné de identidad , entradas de teatro, unas llaves, cartas de su novia y facturas de su sastre. En el interior del maletín, documentos que indicaban que el espionaje británico había montado una operación de engaño para persuadir a Hitler de que la invasión se efectuaría por Sicilia . Ello le convenció de que se produciría por Grecia.
La Abwehr fotografió los documentos sin dejar rastro y el cadáver fue entregado a la embajada británica en Madrid , que lo repatrió a Londres. Una reseña de «The Times» informó de su muerte en accidente pocos días después.
Cuando la invasión se produjo por la isla italiana, los alemanes tenían un débil dispositivo de defensa . Y, cuando quisieron reaccionar, era demasiado tarde . Al final de la guerra, Montagu decidió continuar como letrado en la Royal Navy y obtuvo autorización en 1953 para escribir un libro con el título «El hombre que nunca existió», llevado al cine.
Montagu se retiró a mediados de los años 70 tras haber simultaneado su dedicación a las leyes con la presidencia de varias asociaciones anglojudías. Murió en Londres en 1985 a la edad de 84 años. El historiador Trevor-Ropper dijo de él que había sido el artífice del mayor engaño durante la II Guerra Mundial . Esa fue su mejor hora.
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