El drama económico de la «cuarentena cultural»: más de 100.000 pymes, amenazadas
«Tengo miedo pero no pido subvenciones, sino que nos den oxígeno», claman al Gobierno los pequeños empresarios y autónomos ante la crisis del coronavirus
«Cuatro familias dependen de mí». Vanessa Monje , pequeña empresaria de Málaga, de 41 años, sabe que, más allá de las cifras macroeconómicas y la mayor o menor empatía de las grandes empresas, la crisis del coronavirus se juega en un espacio muy reducido: el de los autónomos y las pymes. A su cargo tiene 4 personas en la gestión de un negocio de venta de entradas de teatro, museos y conciertos en la capital malagueña y toda la Costa del Sol. Puede sonar a poco, pero tanto el futuro de su negocio como el de sus empleados pesa sobre sus hombros. «He estado hablando con mi asesor para valorar hacer un ERTE. Estamos esperando a ver qué dice el Gobierno, pero sólo en seguros sociales pago 2.000 euros al mes, a lo que hay que sumar salarios, 500 y pico euros de alquiler, luz, teléfono, impuestos…», añade. Evidentemente no espera ingresar un solo euro durante la cuarentena y, además, se ha encontrado con una catarata de cancelaciones.
Las grandes cifras de esta crisis asustan de por sí: la actividad cultural representa el 3,2% del PIB español , según datos del Ministerio de Cultura y Deporte para 2018 reflejados en el Anuario de Estadísticas Culturales 2019. En 2018, el PIB global de España fue de 1.202.193 millones de euros . Esto quiere decir que 38.470 millones fueron aportados por la Cultura. Estamos hablando de 105 millones de euros cada día «movidos» por el sector y que actualmente peligran en mayor o menor medida con el cierre de museos, cines, teatros, librerías, etc, y la paralización de los negocios que dan cobertura a la actividad cultural.
Pero, más allá de la idea general de la Cultura (grandes museos, eventos macro, películas taquilleras…), la realidad se juega en un ámbito muy doméstico. Hasta un 92% de las 122.673 empresas culturales censadas en 2018 son pymes. El 64%, directamente unipersonales; el 28%, de menos de 5 personas. «Esto no es una actividad complementaria, vivimos de ello», recuerda Manuel Burraco , uno de los tres socios de la editorial Barrett, que lanza diez libros al año. En cada uno de ellos se la juegan y ahora, de pronto, se ven en el alambre: «Ahora mismo somos solventes y vamos a ir cobrando la facturación de los meses previos. En el mundo del libro se paga cada tres o cuatro. Eso quiere decir que va a ser peor mayo, junio y julio ». Han tenido que cancelar presentaciones, giras y asistencias a ferias, con sus respectivas invitaciones a autores.
Motivos para la esperanza
La crisis económica de 2008 cayó sobre las distintas industrias culturales como una bomba de racimo. Como en el resto de sectores productivos, el efecto de la recesión fue devastador. Poco a poco, la Cultura ha ido remontando pero, más de una década después, aún no se han recuperado del todo los niveles de actividad y volumen de negocio previos a la crisis. No obstante, había motivos para la esperanza, entre ellos el alza de la empleabilidad del sector. Unas 710.000 personas trabajan en empresas ligadas al ramo (el 3,6% del total del empleo en España), cifras que por fin habían alcanzado los niveles previos a la crisis tras cinco años de crecimiento paulatino.
Vanessa Monje abrió su negocio hace 7 años. No ha hecho sino crecer, espoleado por el auge de la oferta cultural en Málaga y alrededores. «Todo era optimismo, con el turismo en ebullición y muchísimos eventos». El viernes llegó el mazazo: «No fui consciente hasta la catarata de cancelaciones. Tengo miedo de la situación y de cómo afectará psicológicamente y a nivel de confianza cuando salgamos. Al Gobierno no le pido sobresueldos ni subvenciones, sino que nos ayuden con los gastos básicos, que nos den un poco de oxígeno », clama. Manuel Burraco confiesa no tener muchas «esperanzas» en la reacción gubernamental: «Que se dejen de pagar las cuotas ahora para abonarlas luego con intereses no sirve de nada». Es consciente de que los «peces gordos» del sector tienen más recursos para salir bien parados, «pero a las editoriales y librerías pequeñas nos va a afectar mucho y la vuelta a la normalidad va a ser caótica».
El ocio es una de las grandes bajas en la economía doméstica en tiempos recios. Aunque el empleo haya crecido en 2018, el gasto medio en cultura por hogares descendió un 4,4%, hasta los 682,5 euros . En 2017 también había bajado tras una subida sostenida entre 2013 y 2016. Con todo, parecía que lo peor de la crisis de 2008 había pasado. Y ahora, ¿qué? A la cuarentena, le seguirá un reajuste. Está por ver cuántas empresas sobrevivirán.
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