EL ESPECTRO DE LA TRAICIÓN
Dmitri Poliakov, el espía que traicionó a la URSS para vengar la muerte de su hijo
Era un alto mando de la inteligencia militar soviética y pasó a la CIA valiosas informaciones durante dos décadas
Habían pasado diez años desde la misteriosa desaparición de Dmitri Poliakov cuando «Pravda», el diario oficial del Partido Comunista, publicó en 1990 una información sin firma en la que revelaba que el general del GRU, el espionaje militar soviético, había sido detenido, juzgado y ejecutado por alta traición .
No faltaron quienes especularon que la noticia era una maniobra de distracción, pero James Wolsey, ex director de la CIA, y un agente que había actuado como enlace confirmaron que Poliakov había sido detenido en Moscú y que, según sus fuentes, había muerto en 1988. Había trabajado para la Agencia durante casi dos décadas bajo el nombre clave de Bourbon .
«Prestó extraordinarios servicios y fue leal a sus convicciones. Puede que haya sido el mejor agente que hayamos tenido jamás. Era la joya de la corona», aseguró Sandy Grimes, un oficial de la CIA, que subrayó que Poliakov era extremadamente cauto y que, por ello, fue ascendiendo a lo largo de su carrera hasta la cúpula del GRU sin levantar sospechas. Poliakov había empezado a c olaborar con la CIA desde 1961 cuando contactó con agentes de la contrainteligencia del FBI en Nueva York.
Su hijo mayor acababa de morir por una rara enfermedad tras haberle negado el GRU el permiso para llevarle a un hospital neoyorquino donde al parecer existía un tratamiento para curarle. Pero, por aquel entonces, sus amigos afirman que Poliakov era muy crítico con la élite dirigente de la Unión Soviética, a la que consideraba cínica y corrupta.
Tras su estancia en EE.UU., fue destinado a Rangún (Birmania) y Nueva Delhi (India) como agregado militar. Gracias a la confianza de la que gozaba y al acceso a informes reservados, Poliakov facilitó informaciones extraordinariamente valiosas a la CIA. Aportó documentos sobre las instalaciones de los misiles soviéticos que apuntaban a Europa , confirmó que las relaciones entre Pekín y Moscú estaban prácticamente rotas y reveló las ayudas militares de su país al régimen de Vietnam del Norte .
Poliakov se negó inicialmente a recibir dinero por su colaboración con la Agencia. Pero aceptó regalos como electrodomésticos, útiles de carpintería y artículos de pesca, a la que era muy aficionado. Algunos analistas han sugerido que ello pudo levantar sospechas en el GRU , pero lo cierto es que hoy se sabe con toda seguridad que fue delatado por dos dobles agentes : Aldrich Ames , detenido en 1994, y Robert Hanssen , oficial del FBI sobornado por el KGB. Ambos incriminaron de forma paralela a Poliakov .
Había nacido en la Ucrania soviética en 1921 y estaba estudiando en una escuela militar cuando estalló la II Guerra Mundial , en la que participó como teniente de artillería. Fue condecorado por su valor , lo que motivó que, al acabar el conflicto, fuera destinado a la Academia Frunze, donde se formaban los altos mandos del Ejército Rojo. Tras terminar su formación, fue destinado a un puesto en un comité militar en la sede de la ONU en Nueva York.
Tras permanecer tres años en la India, Poliakov fue llamado a Moscú en 1980 para adquirir nuevas responsabilidades. Volvió y nunca más su familia y sus amigos supieron de él hasta la publicación del artículo de «Pravda». Hasta ese momento jamás el KGB y el GRU habían admitido en público la existencia de un traidor en sus filas .
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