El descubrimiento del mar del Sur
Vasco Núñez de Balboa llevó a cabo en 1513 una expedición para hallar un nuevo océano
Septiembre de 1513. Una partida de setenta hombres avanza penosamente a través del istmo de Panamá. Es una progresión imposible, en una maleza tropical agobiante, salvando ciénagas sobrecogedoras y hostigados por indios belicosos.
Pero la determinación del capitán de la expedición lo salva todo. Se llama Vasco Núñez de Balboa y es oriundo de Jerez de los Caballeros, pueblo de esa cantera prodigiosa llamada a inscribir con letras de oro la región hasta entonces anónima de Extremadura. Había llegado unos años antes a Panamá, y gracias a sus dotes naturales se había hecho con el mando en la región del Darién , una turbamulta de aventureros atraídos por el nombre y las riquezas de América. El virrey Diego Colón, mediando en las rivalidades por la jefatura de la región con otros notables como Diego Nicuesa y Martín Fernández de Enciso, se inclinó del lado de Balboa y le nombró gobernador interino y capitán general del Darién. Su primera medida fue destituir a Enciso del mando, sembrando así una semilla de odio y rencor que, andando el tiempo, pagaría Balboa a un altísimo precio .
Mas por el momento, el extremeño -quien siempre se hacía acompañar de su inseparable y famoso perro Leoncico, tan bravo y fiel que recibía salario como un soldado más-, utilizó a fondo sus atribuciones como capitán general, y llevado de su inquietud exploradora decidió rematar la tarea inconclusa de Cristóbal Colón . Este, buscando las Islas de las Especias por la ruta del Atlántico, se había topado con una muralla terrestre inmensa que recorría el planeta de norte a sur, el continente americano, y se sospechaba que al otro lado el océano continuaba y llevaba a las islas Molucas, las islas del clavo, la nuez moscada , la pimienta o el jengibre, el destino anhelado por Colón y los Reyes Católicos.
Hazaña inaudita
Y Balboa había oído de labios de un cacique llamado Comagre que, en efecto, salvando las selvas del istmo panameño se abría más allá una masa de agua, y resolvió aventurarse en su búsqueda. Y así fue como se lanzó a una expedición desconocida, atravesando selvas y cenagales inextricables , una hazaña inaudita que tardaría siglos en poder repetirse.
A medida que avanzaba, las noticias de los nativos acerca de la masa de agua se iban confirmando, hasta que en una tribu le aseguraron que remontando un cerro podría divisarla desde la cumbre. Sin más dilación ascendió con los suyos hasta cerca de la cima, donde se adelantó para contemplar, por primera vez para unos ojos europeos, un inmenso cuerpo de agua que se perdía de vista en el horizonte .
Cuatro días después, el grupo expedicionario descendió del cerro y arribó a una playa, donde Núñez de Balboa, espada en mano se adentró teatralmente en el agua hasta las rodillas, y el 29 de septiembre de 1513, en nombre de los Reyes de Castilla y León y de Aragón, tomó posesión del océano recién descubierto. Atravesando ese inmenso océano se hallarían con seguridad las ansiadas especias buscadas por Colón .
Dijérase que semejante éxito de Balboa encontraría una recompensa proporcionada a la categoría del descubrimiento. Todo lo contrario. El rencor y la envidia nunca desertan entre las gentes ibéricas, y Fernández de Enciso había rumiado su venganza ; trasladado a la Corte intrigó contra Balboa, logrando que el Rey nombrara a un nuevo gobernador, Pedro Arias Dávila, Pedrarias, un hombre codicioso y cruel, infausto y funesto donde los haya para la historia de la América española, que no pondría reparos en hacerse con riquezas al precio que fuera, y que causó estragos entre los naturales.
Alguien tan mediocre no podía recibir con satisfacción el éxito descubridor de Núñez de Balboa. Ni menos el honroso título con que fue premiado por ello, Adelantado del mar del Sur . No fue suficiente que casara a su propia hija con el ya famoso extremeño. La envidia ibérica no conoce límites, y Pedrarias quiso arrebatarle la gloria, y para ello urdió un proceso plagado de falsas acusaciones y testimonios. Al cabo, Núñez de Balboa fue ajusticiado, decapitado en la plaza de Acla, en el Darién, y su cabeza expuesta en la plaza, en una de las acciones más ignominiosas de la historia de España.
Vida y gloria
Pedrarias pudo frenar la vida, pero no la gloria de Vasco Núñez de Balboa. Cuando desde la cumbre del cerro se asomó a la masa de agua que parecía no tener fin, no podía saber que ante él se abría el océano más grande del planeta, que baña tres continentes, que de norte a sur mide 15.000 km. y de este a oeste 19.800 km, y que alberga en su interior 25.000 islas, ocupando una tercera parte del planeta. Como se extendía en dirección sur lo llamó así, mar del Sur. Aún quedaba tiempo para que Fernando de Magallanes lo rebautizara con su nombre definitivo, océano Pacífico .