Descubren una columna del desaparecido convento de los Jerónimos de Zamora en una tienda de ropa
Las obras de reforma en el establecimiento han destapado este elemento renacentista del siglo XVI
Unas obras de reforma en un establecimiento de ropa de la firma Stradivarius en Zamora han sacado a la luz una columna del siglo XVI que perteneció al desaparecido monasterio de San Jerónimo.
Este convento, uno de los monumentos más importantes de la ciudad castellanoleonesa, estuvo ubicado en las afueras de la ciudad castellanoleonesa, en la margen izquierda del río Duero. En 1535 se colocó su primera piedra y en 1570, cuando Anton Van den Wyngaerde dibujó por encargo de Felipe II las principales ciudades españolas, el cartógrafo flamenco lo representó en primer plano, con cinco claustros. Contaba con una rica Sala capitular, una gran biblioteca, estudios, una escalera imperial y una torre de unos 30 metros de altura. En él se rendía culto al Santísimo Cristo de las Injurias , una magnífica escultura que se ha atribuido a Gaspar Becerra o a Diego de Siloé y que actualmente se conserva en la capilla de San Bernardo y es imagen de la Cofradía del Silencio del Miércoles Santo.
La obra de Stradivarius, en Santa Clara, ha dejado al descubierto una columna que con toda seguridad perteneció a gran convento de “Los Jerónimos”. #Zamora no deja de sorprender. pic.twitter.com/VNjawhOnMB
— David Gago Ruiz (@gagoruiz) May 17, 2021
Isidro García y César Amador relataron en un artículo sobre las Leyendas del Monasterio de San Jerónimo de Zamora que el cenobio fue desamortizado en 1835 y porteriormente convertido en cárcel, hospital de coléricos, cementerio y campo de fútbol hasta ser destruido para aprovechar las piedras como cimentación en las carreteras. « Esta destrucción supuso para la ciudad de Zamora la pérdida del mejor exponente de la arquitectura renacentista de la ciudad », remarcaban.
Daniel López Bragado, Victor Antonio Lafuente Sánchez y Marta Úbeda Blanco, que realizaron un estudio y restitución gráfica de este monasterio, el edificio más grande de la ciudad durante siglos, consideran que su desaparición «fue una de las mayores pérdidas del patrimonio artístico de la ciudad de Zamora».
En su emplazamiento original solo quedan algunos restos. Algunas columnas y la portada del convento aún pueden contemplarse en el parque del Castillo, frente a la Catedral , y en el Museo de Zamora se conservan algunas obras de arte que lo decoraron. Otros elementos fueron a parar a una casa de la Plaza de Moraleja del Vino o a la iglesia de Villalazán, según contó el profesor David Gago Ruiz, concejal portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Zamora, en Twitter.
¿Cómo acabó una de sus columnas en la céntrica calle comercial de Santa Clara, tan lejos de su ubicación original? «Zamora no deja de sorprender», constata Gago.