Cultura investiga el robo de una obra de Galileo que la Biblioteca Nacional ocultó durante cuatro años

El ministerio ha decidido abrir un procedimiento informativo para conocer los hechos del suceso, revelado este domingo por ‘El País’

Ana Santos, directora de la BNE EFE

ABC

El Ministerio de Cultura ha decidido investigar el caso del robo de una obra de Galileo que la Biblioteca Nacional de España (BNE) ocultó a la Policía durante cuatro años, revelado este domingo por ‘El País’. Se trataba del tratado astronómico ‘Sidereus nuncius’, impreso en Venecia en 1610, y sin duda uno de los grandes tesoros de la institución.

Tras una reunión celebrada esta mañana, en la que han participado el secretario general de Cultura, Javier García Fernández y la Directora general del Libro, María José Gálvez y la directora de la BNE, Ana Santos, se ha decidido abrir un procedimiento informativo para conocer los hechos del suceso.

La desaparición del documento y su sustitución por una copia se detectó en mayo de 2014, gracias al trabajo de las restauradoras de la Dirección de Preservación y Conservación de Fondos. Sin embargo, tal y como precisa el mismo diario, Santos no comunicó el suceso a la Policía hasta octubre de 2018. Santos llegó al cargo en marzo de 2011.

El ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, ha convocado hoy al Patronato de la Biblioteca Nacional para el próximo 31 de marzo. Uno de los puntos del orden del día que va a proponer será el análisis de los protocolos de seguridad de la Biblioteca Nacional con el propósito de tomar las medidas necesarias para su mejora.

La principal preocupación del Ministerio, según han comunicado, es la restitución de la obra y la aclaración de los hechos a partir de lo publicado.

El robo de 2007

En 2007 también la BNE sufrió un robo importante, que le costó el puesto a Rosa Regàs, por entonces directora. Entonces desaparecieron varios mapas de Ptolomeo, arrancados de un incunable de 1482, y que pusieron de relieve una excesiva relajación en el sistema de seguridad. El responsable fue César Ovidio Gómez Rivero, que había tenido acceso a varios documentos de gran valor como supuesto investigador entre 2004 y 2007 en la Sala Cervantes.

Cabe la posibilidad de que la sustracción de la obra de Galileo, por tanto, se produjese antes de 2014. De hecho, en 2004 César Ovidio Gómez Rivero consultó el ‘Sidereus nuncius’.

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