Cuarenta años de mugre y furia en el In-Edit
El festival de documentales musicales celebra el 40 aniversario del punk y programa cintas dedicadas a «Omega», Blur, los Stooges y Yo-Yo Ma, entre otros

Catorce años lleva el Festival Internacional de Cine Documental Musical de Barcelona In-Edit enredando música y documental y, al mismo tiempo, otros tantos otoños lleva intentando convencernos de que, en realidad y pese a lo que pueda leerse en el enunciado del festival, lo relevante no es tanto la música como «programar historias sobre la vida a través de la música». El reto, sostiene el director artístico del festival, Lluís Hidalgo, está en «perseverar en esa idea de que lo importante no es la banda o el artista, sino los documentales y las historias».
Dicho y hecho, el festival despliega de nuevo un mapa de navegación que abarca conceptos como variedad, humanidad, apertura al mundo, imaginación y personajes digamos que peculiares para recorrer la senda que va del 40 aniversario del punk a ese prodigio de flamenco mutante que fue «Omega ». Dos extremos de una programación que abarca desde la insólita cultura rave iraní, el rastreo de las nuevas tradiciones musicales africanas o la asombrosa historia de Jon Mikl Thor, un cantante canadiense que un buen día decidió que sería buena idea mezclar y agitar heavy metal, culturismo e imaginería nórdica.

A falta de completar la programación y con paradas programadas en las tragedias personales de Mark Linkous (Sparkelhorse); la desbordante ambición de Yo-Yo Ma, cerebro de la Silk Road Ensemble; o las andanzas de Unlocking The Truth, un trío afroamericano de speed-metal en plena brega con la industria discográfica, el festival incorpora este año como novedades la edición de un libro conmemorativo que repasa la historia del festival y la puesta en marcha de La Cantina, un bar efímero que quiere potenciar el factor social de la cita y «acompañar más al espectador».