Una cruz para recordar la primera misa en el Estrecho de Magallanes

Mientras el mundo derriba estatuas, Chile rememora la gratitud por el hallazgo del paso

La cruz erigida para rememorar la primera eucaristía en el Estrecho de Magallanes ARMADA DE CHILE (III Zona Naval)

Daniel Arveras

El pasado 27 de junio, con ocho grados bajo cero de temperatura –el invierno austral es extremo por aquellas latitudes–, la Armada chilena concluía el emplazamiento de una imponente cruz de acero de dos toneladas y diez metros de altura en la bahía Fortescue del Estrecho de Magallanes. ¿Motivo? Conmemorar los quinientos años de su descubrimiento y la primera misa celebrada en el actual territorio chileno.

Los españoles denominaron a aquel lugar como bahía o puerto de las Sardinas. Como relató Antonio Pigafetta, allí recalaron a finales de octubre de 1520. Se encontraban en el canal que sale al océano Pacífico y estaban a punto de descubrirlo...

«Anclamos allí para esperar a los otros dos navíos, y pasamos cuatro días; pero durante este tiempo se envió una chalupa muy bien equipada para que reconociese el cabo de este canal que desembocaría en otro mar. Los marineros de la chalupa volvieron el tercer día, y nos comunicaron que habían visto el cabo en que terminaba el estrecho y un gran mar, esto es, el océano. Todos lloramos de alegría». Tras la emoción y las lágrimas derramadas, fray Pedro Valderrama ofició la misa. Corrían los primeros días de noviembre de 1520.

El recogimiento y sentimiento tuvo que ser sobrecogedor en aquellos hombres que habían partido de España en el verano de 1519. Innumerables penalidades, peligros y sacrificios les aguardaban pero, de momento, estaban vivos y habían dado con el anhelado paso entre ambos océanos.

La Armada chilena, con el apoyo de varias empresas, cumplió con éxito la misión tras superar dificultades propias de la lejanía, la orografía y la climatología, además del transporte necesario de material, los operarios y el montaje posterior. A este lugar no se llega fácilmente: ubicado a 180 kilómetros al suroeste de Punta Arenas, son necesarias ocho horas de navegación a veinte nudos o una hora y media en helicóptero. Participaron en el operativo la patrullera «Marinero Fuentealba», un helicóptero y componentes de la III Tercera Zona Naval al mando del contraalmirante Ronald Baasch, comandante en jefe de la unidad.

Justo reconocimiento

Baasch declaró: «Es la finalización de un trabajo en equipo que ha llevado muchísimos meses y el día de hoy coronamos con éxito la instalación definitiva de esta cruz que marcará el punto geográfico donde se hizo la primera misa en el territorio que posteriormente sería Chile». Francisco Sánchez, historiador y testigo del montaje, afirmó: «Estoy muy emocionado, casi como Pigafetta en su momento, por este sentido homenaje. Magallanes tiene su estatua en Punta Arenas y esta cruz representa también el feliz descubrimiento del Estrecho y los lazos de cinco siglos entre dos mundos».

La inauguración oficial será a finales de octubre o principios de noviembre y el enclave será nombrado «Punta Fray Pedro Valderrama», en recuerdo del religioso de Écija que ofició aquella misa. Un emotivo y justo reconocimiento, más aún en estos tiempos de ultraje gratuito a importantísimas figuras históricas hispánicas que dejaron su huella en el Nuevo Mundo y permitieron la creación de las sociedades en las que todos vivimos en el presente.

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