La crónica española del incendio
La exposición londinense «¡Fuego, fuego!» cuenta con una crónica española de la época escrita por Francisco Ciprés que relata el suceso como un castigo de Dios a los protestantes
![La crónica española del incendio de Londres](https://s1.abcstatics.com/media/cultura/2016/09/02/cronica-incendio-londres-koV--620x349@abc.jpg)
En la exposición del Museo de Londres, titulada « ¡Fuego, fuego! » , puede verse un extraordinario documento: la crónica del suceso contada en una gaceta española de la época. La información se titula: «Revelación nueva y verdadera del formidable incendio que ha sucedido en la gran ciudad de Londres, sabido por diversas cartas y principalmente por una del gentilhombre excelentísimo señor Conde de Molina, embajador en Inglaterra de su Majestad Católica».
El relato aunque se ensaña con los daños debido a la condición de nación enemiga de Inglaterra , sorprende por su buen ritmo periodístico y da fe de como España era una gran potencia capaz de informar con premura al público de lo que sucedía allende sus fronteras.
Acorde a las disputas religiosas de la época, la crónica considera el fuego un castigo de Dios a una ciudad protestante, que pagaba así el haber matado a católicos. El texto nace de las cartas recibidas relatando lo sucedido, incluida la del embajador de la Corona en Londres. Editado por Francisco Ciprés , arranca con la descripción de la ciudad británica «una de las más floridas de Europa, después de Constantinopla y París» y explica como su situación geográfica y la orografía circundante la hacen «impenetrable a contrarias armadas, y a opuestas invasiones, pero no impenetrable a los castigos de Dios que supo derribar mayores muros en Jericó, más numeroso poder en Olofernes, mas soberbia muralla en Goliat y más obstinados escollos en las ondas del mar Bermejo». Ese Dios que «obra maravillas, ha hecho que con el fuego se les aguase a los ingleses el gusto por sus felicidades» continua la crónica. Incluso se facilitan datos concretos de los daños, aunque inflados: 65.000 hogares destruidos (al final fueron 13.200) y 140 Iglesias quemadas (fueron 87).
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