El Tiziano que se cayó en la sacristía de El Escorial regresa a su lugar
La sacristía abrirá sus puertas para poder ver el «Cristo crucificado» restaurado durante junio, de martes a viernes, desde las 11,00 a las 14,00 horas
![El «Cristo Crucificado» de Tiziano, en la exposición de 2017 en el Museo Thyssen-Bornemisza](https://s3.abcstatics.com/media/cultura/2019/06/03/cristo-crucificado-kcr--1248x698@abc.jpg)
Ocho meses después de su caída, el «Cristo crucificado» de Tiziano volverá este martes a ocupar su lugar habitual en la sacristía del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial una vez que ha sido restaurado por los talleres que Patrimonio Nacional tiene en el Palacio Real.
El lienzo que Felipe II encargó al célebre pintor veneciano se desplomó el pasado 3 de octubre tras perder la sujeción a la pared y cayó bocabajo sobre una valiosa cajonera del siglo XVI. El desgraciado accidente, que ocurrió durante la noche, provocó un desgarro horizontal de 97 centímetros de longitud en la parte inferior del cuadro, un óleo sobre lienzo de 242 por 137 centímetros.
Tras los procesos de evaluación y los estudios pertinentes, en los talleres de Patrimonio se ha recolocado la posición original de las dos telas del lienzo, tela original y tela de forración. Los especialistas han consolidado la capa pictórica de los bordes del desgarro y se ha recuperado el soporte mediante una microcirugía, haciendo coincidir los hilos de la urdimbre y entretejiendo los de la trama. Además, se han colocado hilos dobles en posición vertical a modo de puentes de unión. Estos elementos se aplicaron con cola animal y gacha (masa blanda). Con el lienzo ya estabilizado, se estucaron las pequeñas faltas, se reintegraron cromáticamente y se protegieron con barniz.
Además de las actuaciones acometidas sobre el cuadro, han sido revisados todos los anclajes antiguos de las obras que están en la sacristía y en las que están colgadas en las paredes se han reemplazado por nuevos sistemas de sujeción para garantizar su seguridad.
El cuadro fue pintado por Tiziano hacia 1565 , pero hay escasa documentación sobre él. Se sabe que Felipe II lo llevó directamente al Monasterio de El Escorial. « Es una de las obras más importantes de su última etapa, cuando Tiziano buscaba el dramatismo con manchas y borrones. Casi no terminaba sus obras. Es uno de los mejores ejemplos», explicaba a ABC el pasado octubre Fernando Checa, exdirector del Museo del Prado y uno de los especialistas que mejor conoce la obra.
La última restauración del cuadro antes de su caída había mostrado, según el estudio técnico, « una pintura de técnica más avanzada de lo que se suponía y de muy dramática concepción ». Se dató entonces hacia 1565, una década después de lo que se creía. Las dudas sobre la fecha de ejecución surgieron al no estar citado de manera expresa en la correspondencia regia. Sí lo estaba en la crónica del Padre Sigüenza. Las radiografías desvelaron que «el paisaje fue muy modificado en el taller de Tiziano, al que debe ser atribuido». Curiosamente, la cabeza de Cristo está inclinada al lado contrario de lo que es iconográficamente habitual.
Este «Cristo Crucificado» de Tiziano tan solo había salido cuatro veces de su sede habitual en la sacristía del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. La primera fue en octubre de 2007, cuando formó parte de una exposición centrada en el Tiziano tardío que organizó el Kunsthistorisches Museum de Viena. En 2008 la muestra tuvo una segunda sede en la Galería de la Academia de Venecia. Antes de partir a la capital austriaca, la obra fue restaurada por Patrimonio Nacional, por última vez hasta el pasado mes de octubre.
Su segunda salida tuvo lugar en 2013, en esta ocasión para una monográfica del pintor veneciano en las Galerías del Quirinale de Roma. El tercer viaje fue mucho más cerca, al Palacio Real de Madrid concretamente, donde formó parte de la muestra «De El Bosco a Tiziano. Arte y maravilla en El Escorial», comisariada por Fernando Checa, que exhibía 155 piezas que Felipe II atesoraba en el Monasterio de El Escorial. En una sala se reunían ocho de las mejores pinturas tardías de Tiziano, entre ellas el «Cristo Crucificado».
Fernando Checa volvió a incluir el lienzo en una cuarta muestra, «El Renacimiento en Venecia. Triunfo de la belleza y destrucción de la pintura», de la que fue también comisario, esta vez en el Museo Thyssen. El emotivo Tiziano, paradigma de la destrucción de la pintura a través del color, ocupaba, en solitario, la última sala de la exposición, celebrada en 2017.
Con motivo del regreso del «Cristo Crucificado» al Escorial, la sacristía del Real Monasterio abrirá sus puertas durante el mes de junio de martes a viernes desde las 11.00 a las 14.00 horas, según señala Patrimonio en una nota de prensa.
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