Colmillos, alas, dedos, brazos... Las obras de arte rotas por los vándalos

Cinco obras de arte dañadas por infortunios varios, unos intencionados y otros no

ÁNGEL GÓMEZ FUENTES

1

Detalle del destroz realizado EFE

El elefante roto

Los destrozos causados en la plaza Minerva de Roma al elefante creado por Bernini, al que unos vándalos arrancaron un colmillo, nos permite recordar otras obras que han sufrido daños recientemente. A veces el vandalizmo se disfraza de mera inconciencia, pero las consecuencias para el patrimonio son gravísimas.

2

Un tritón roto ABC

Fuente de los Cuatro Ríos de la Plaza Navona

En 1997 un hombre tuvo la estúpida idea de subirse en la cola de uno de los monstruos marinos como trampolín para tirarse al agua, con el resultado de romper el tritón.

3

Los «hooligans» mostraron su salvajismo ABC

Fuente de la Barcaza en la plaza de España

Obra maestra realizada por Pietro Bernini junto a su hijo Gian Lorenzo, fue dañada en febrero 2015 de forma salvaje por un grupo de «hooligans» holandeses, seguidores del Feyenord.

4

Un visistante despistado ABC

La caída del Arcángel

En el Museo Nacional de Arte Antiguo de Lisboa hace muy pocos días se rompió en varios pedazos una escultura del siglo XVIII del arcángel San Miguel expuesta en la sala de Pintura y Escultura portuguesa de la tercera planta. Un visitante caminaba de espaldas mientras fotografiaba otra obra expuesta en la misma sala cuando golpeó involuntariamente la talla de madera, derribándola. Otras fuentes señalan, sin embargo, que el turista, un brasileño según el diario Folha de Sao Paulo, rompió la figura al intentar hacerse un selfie. Sea como fuere, el arcángel San Miguel ha perdido sus alas y las plumas del casco militar por el impacto, que le ha ocasionado además otros desperfectos.

5

Un camarero muy cabezón ABC

La venus amputada

Otra escultura dañada. Se supo hace muy pocos días, pero ocurrió en diciembre del año pasado. Un camarero provocó la rotura de un dedo de la «Venus de Townley», una estatua romana del siglo I o II a. C., cuyo valor, según ha apuntado la BBC, es incalculable. Fue el pasado 10 de diciembre, durante un evento de los que, en ocasiones, se celebran en el museo, que alquila sus instalaciones para actos privados de este tipo. Un camarero del catering que atendía el evento (y del que no se ha querido publicar su identidad) se agachó muy cerca de la estatua, y al levantarse golpeó con la cabeza la mano de la estatua, rompiendo uno de sus dedos. Cabe pedir que se revisen las normas de utilización de los espacios en los museos.

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