Christo abre el puente de tres kilómetros sobre el lago Iseo

El «milagro» del artista relanza el lago convertido en arte: un millón de personas, en 15 días, caminarán por las aguas

El puente de Christo, en todo su esplendor EFE

ÁNGEL GÓMEZ FUENTES

El «milagro» de Christo, una imponente instalación que permite caminar sobre las aguas, relanza el lago de Iseo. Se ha inaugurado hoy, superando todas las expectativas. Hubo gente que esperó durante toda la noche la apertura del puente que ha realizado Christo Javacheff, célebre artista estadounidense de origen búlgaro, quien ha hecho arte en el lago Iseo. El puente de Christo mide 3 kilómetros, suspendido sobre las aguas, más otros casi dos kilómetros en tierra firme, uniendo la isla de San Pablo con Sulzano, pueblo de 2.000 habitantes de la provincia de Brescia, a 100 kilómetros de Milán. Antes de las ocho de la mañana tuvieron que permitir la entrada de la gente, y a lo largo del día han sido miles los que han caminado sobre las aguas.

Entre los primeros que han querido probar esa sensación se encontraba la ministra para las Reformas y relaciones con el parlamento, María Elena Boschi, junto a una delegación de políticos. El boom del público ha sido tal que el puente se ha prácticamente saturado y se ha aconsejado a mucha gente que vuelva mañana y abandone hoy su pretensión de caminar sobre las aguas del lago Iseo. Se espera que en los 15 días en que estará abierto el puente sobre el lago, caminen sobre él un millón de personas, lo que constituye una fuente de riqueza para la zona, con las habitaciones de todos los hoteles reservadas desde hace días.

Christo, maestro del «land art», corona así un sueño que por dos veces le fue negado, en Argentina y Japón, donde no recibió el necesario permiso. El proyecto, en el que trabaja más de un año, lo ha denominado «The Floating Piers» (muelles flotantes) y ha asegurado ya al lago celebridad mundial. Le ha costado 15 millones de euros, que Christo paga de su bolsillo , financiándose con la venta de los diseños, estudios, collage, videos, películas y fotos.

Ayer, en la presentación de su última creación, explicó que la obra de arte es la luz que cambia, es la sensación de caminar sobre las aguas, es el naranja –su color preferido-, es el poder observar desde ángulos inéditos el paisaje. «La obra de arte es también el agua, son las casas sobre Monte Isla», pueblo de 1800 habitantes del lago Iseo.

Christo ha dedicado este «The Floating Piers» a Jeanne-Claude, amadísima mujer-musa, fallecida en el 2009, junto a la que realizó otros grandes proyectos. Están considerado entre los mayores representantes del «land art». Son conocidos sobre todo por intervenir sobre el paisaje y modificándolo de forma provisional, revistiendo o «embalando» monumentos o extendiendo grandes telones sobre lugares naturales. «Mis obras y las de Jeanne-Claude no aspiran a la eternidad: Duran poco, como las flores o la juventud», ha dicho Christo.

En efecto, «The Floating Piers» es una obra efímera , pero es también extraordinaria, bella y será memorable, como debe ser una obra de arte. Los alcaldes de la zona están entusiasmados porque consideran la obra de Christo un ejemplo concreto de cómo el arte puede ser intelectualmente atractivo y rentable económicamente: para el artista, para el público y para el territorio.

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