El Cervantes abre el Año Nebrija, arquitecto de la lengua española
La Caja de las Letras custodia el legado del humanista en el primero de los actos por el V centenario de su muerte
Fue el autor de la primera gramática en una lengua europea moderna, la 'Gramática castellana' de 1492, pero fue mucho más que eso. Antonio de Nebrija (Lebrija, 1441; Alcalá de Henares, 1522) contenía multitudes. Gramático, traductor, docente, catedrático, lingüista, escritor, historiador, cronista, impresor, editor, con su primer libro de estudios del latín se convirtió en un best-seller en toda Europa, innovó al reclamar derechos de autor para sus obras y, como buen humanista y librepensador, fue acusado y procesado por la Inquisición. Su alegato –también fue pionero en esto– se cita como uno de los primeros manifiestos contra la censura y a favor de la libertad de expresión.
Tan honda es la influencia del gramático en la historia de España que ningún grupo parlamentario se atrevió, en marzo del año pasado, a oponerse a una proposición no de ley que planteaba la importancia de divulgar y promover la figura de Nebrija, aquí y más allá de nuestras fronteras. El primer acto del Año Nebrija , declarado por el Gobierno como 'acontecimiento de excepcional interés público', tuvo lugar este martes en el Instituto Cervantes, que ya custodia el legado depositado 'in memoriam' en la Caja de las Letras por el director de la institución, Luis García Montero , y los alcaldes de Lebrija y Alcalá de Henares, las localidades que vieron nacer y morir al lingüista hace quinientos años.
«Los humanistas, y Nebrija fue un claro ejemplo, se enfrentaron a la barbarie», recordó García Montero en el acto celebrado esta mañana. «Es una figura que ilumina nuestro presente como también iluminó nuestro pasado», añadió el director del Instituto Cervantes, quien confrontó la sabiduría que encarna la figura de Nebrija con la tiranía de la sinrazón, hace quinientos años y ahora. «Se preguntó por qué el conocimiento debía someterse a la servidumbre ciega», dijo García Montero: «La lengua siempre es compañera del poder. Y en esta época de las redes sociales hay quien utiliza las palabras para fomentar bulos y odios, igual que hay quien las utiliza para apoyar el conocimiento y la convivencia».
El Instituto Cervantes depositó en la caja 1.708, con motivo del V aniversario de la muerte de Nebrija , un ejemplar de la segunda edición de la 'Gramática castellana', que se imprimió en el siglo XVIII. La edición es del conde de la Salceda. Los alcaldes de Lebrija y Alcalá de Henares introdujeron en la caja dos sacas con tierra de dos poblaciones hermanadas por la figura del humanista. «Nebrija quiso hacer del idioma castellano una lengua franca, que permitiera entenderse, pero respetando las características de cada dialéctico y cada acento», destacó Javier Rodríguez Palacios , alcalde de Alcalá de Henares.
Con este acto, el Cervantes inauguró un calendario de actividades que se desarrollarán a lo largo de este año, entre ellas una gran Gala Nebrija en el Teatro Real el día 21, una exposición en la Biblioteca Nacional, la publicación de varios libros, un documental para televisión o una novela sobre su vida. Asimismo, se celebrará un congreso internacional en Lebrija, un panel en el congreso internacional de hispanistas (Neuchatel, Suiza) y tendrá presencia en el próximo Congreso Internacional de la Lengua Española (Arequipa, Perú), así como un sinfín de proyectos culturales y académicos.
El organismo encargado de programar y coordinar este calendario ha sido la Comisión Interadministrativa del V Centenario del Fallecimiento de Antonio de Nebrija, en la que participan José Muñiz Fernández , presidente de la comisión y rector de la Universidad Nebrija (Madrid); María José Gálvez , directora general del Libro y Fomento de la Lectura, y Juan Gil Fernández , académico de la Real Academia Española.
En su intervención, Muñiz Fernández se mostró convencido de que el Año Nebrija va a ser «extraordinario». La figura del humanista, dijo, sigue estando de actualidad por su búsqueda de criterio, su confianza en la razón, su amplitud de miras, su capacidad de trabajo y su sentido del humor. «Ninguno de los saberes le era ajeno. Era, como diríamos hoy, un verdadero polímata». Gil Fernández, de la RAE, destacó que Nebrija sentó las bases de la ortografía castellana al proclamar que hay que escribir como se habla y hablar como se escribe: «Bien merece hoy nuestro homenaje el sabio que mientras sus compatriotas paseaban las armas decidió librar en solitario una batalla sin cuartel: la guerra contra la incultura y la barbarie».
El legado de Nebrija no solo se extiende por España, pues su gramática, la primera en una lengua vulgar, sentó las bases de posteriores tratados de otras lenguas europeas o indígenas. Introdujo el humanismo renacentista italiano en la Península Ibérica, criticó la estrechez mental, se enfrentó a las falsas autoridades académicas de los profesores mediocres y defendió la libertad de expresión. «No imagino desvaríos, no hago suposiciones, no interpreto por conjeturas, sino que deduzco con razones muy firmes, con argumentos irrefutables, con demostraciones apodícticas», exhortó: «¿Qué diablos de servidumbre es esta [...] que no permite [...] decir libremente lo que piensas?».
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