Qué es la libertad

Borja Corcóstegui: «Pagar se paga igual, pero lo público corrompe»

Es el oftalmólogo español más valorado y una eminencia mundial en su especialidad, la retina.

Borja Corcóstegui
Salvador Sostres

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—Es que igual yo soy un poco maruja.

—¿Cómo?

—Me gusta hablar con la gente de cosas que no son Medicina.

—Escuchar da sorpresas.

—Si les dedicas tiempo te cuentan cosas increíbles.

—Lo que es increíble es que todo el mundo habla bien de usted. Si fuera un desgraciado lo entendería, pero es que usted ha triunfado.

—Yo lucho por los ojos de la gente.

—¿Verán los ciegos?

—La ceguera es muy larga. La vía óptica es todavía un problema. Pero las cosas del ojo cada día podrán tratarse más y mejor.

—En España hay muchos que ven y no quieren ver.

—Hace tiempo que España no ve la realidad del mundo. Nos estamos situando en el camino equivocado.

—En casa estamos asustados.

—Es que no podemos ir contra los países avanzados. Hay que estar en el talento mundial, en lo nuevo.

—Socialistas y comunistas.

—La inversión social está muy bien pero hay que invertir en las empresas. Tú no puedes ver a las empresas como las enemigas del país. Las empresas son las que hacen funcionar los países, y si te sales de este camino, estás condenado a la miseria.

—Un país es sus empresarios.

—Tenemos que estar orgullosos de ellos, como los americanos.

—Nos mandan los que quieren destruir las empresas.

—Sin empresas sólo somos un parque temático y entonces cuando no hay turistas se acaba la fiesta. Tenemos que fabricar algo.

—Usted ha hecho algo.

—Con entusiasmo, con los equipos adecuados, y siempre en el camino de la investigación, de la novedad.

—La vacuna china.

—Lo de China es poco fiable. Desde el punto de vista médico no tienen credibilidad. Su tradición es la acupuntura y ahora dicen que tienen la vacuna contra el Covid. Muy creíbles no son.

—La sanidad pública española.

—No somos ni la primera, ni la segunda, ni la tercera sanidad pública del mundo.

—¿Pero no éramos unos genios de lo público?

—Hay un ranking de las universidades de medicina en el mundo y ahí se ve el nivel de conocimiento. No es que lo diga yo, está publicado. En este ranking está Singapur, hay universidades americanas, inglesas, alguna francesa, alguna italiana y alguna alemana. Las dos primeras españolas que aparecen, que son las Autónomas de Madrid y de Barcelona, están en el bulto del pelotón y gracias.

—En USA, si tienes una emergencia y no tienes seguro privado, te dejan morir en la puerta del hospital.

—Pero no digas tonterías, hombre. Esto es falso, es un tópico. En Estados Unidos, ante una urgencia, tienen la obligación de atenderte y con el mejor tratamiento. Si no, van a la cárcel.

—¿Qué falla?

—La organización, es un sistema muy rígido. En Alemania o en Francia el paciente puede ir donde quiera con su cheque sanitario. Aquí no hay competencia y sin competencia es muy difícil mejorar.

—Sin competencia sólo hay mediocridad y miseria.

—Sin competencia da igual si lo haces bien o mal. Me daba vergüenza decir lo que cobraba en la pública porque me degradaba. No podía cambiar de equipos, no podía hacer nada. Había un techo imposible de pasar. Cuando estuve en el Valle Hebrón, un médico al que yo respetaba me dijo: «Lo que tú quieres hacer aquí es imposible». Al principio me enfadé, porque yo tenía ganas de mejorar las cosas. Luego le agradecí que me lo hubiera dicho, porque vi que tenía razón y me tuve que marchar.

—Le veo frustrado.

—Es que yo tenía un buen equipo, pero no podíamos crecer porque no podíamos competir. Y la respuesta cuando intentabas algo siempre era la misma: «Esto no lo pidas porque no lo hay».

—Y además.

—Todo el mundo cree que lo público es gratis, y no lo es. Pagar se paga igual, pero lo público tiende a corromperse. Si nos dieran el dinero y pudiéramos elegir el médico, lo haríamos mucho mejor. Competiríamos, ganaríamos.

—¿Por qué?

—La calidad de la Sanidad no mejora la producción del Estado. Con el Covid en las residencias, el Gobierno ha ahorrado dinero. El Estado se interesa poco por la calidad de la Sanidad y al final piensa que son pensiones que pagará de menos. La calidad de la Sanidad importa a las personas concretas y por eso es importante que podamos elegir al médico. El estímulo para hacerlo mejor es la competencia. Sin competencia da igual si lo haces bien o mal. La economía planificada lo hunde todo.

—¿Y al Barça cómo lo ve?

—Con falta de entusiasmo, como a la sanidad pública.

—Y luego está lo de Ponce, claro.

—El problema es que la diferencia de edad y de mentalidad no cambia y el físico se desvanece. Yo no sé si Ponce piensa que dentro de 20 años le gustará lo mismo esta chica. Que cada uno haga lo que quiera, pero el futuro de estos dos, yo no lo veo claro.

—¿Tenían que encerrarnos?

—A Suecia no le ha ido tan mal y no cerraron nada. Al final tendrá razón Merkel, que dijo que era inevitable que acabaríamos todos infectados.

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