«Avaro, vanidoso, holgazán»... y plagiario: así definen unos documentos perdidos al filósofo John Locke
En una entrevista redescubierta a un amigo cercano, este pone a caer de un burro al «padre del liberalismo»
Vanidoso, perezoso y pomposo. «Y se divertía con pequeñas trivialidades de ingenio». Y un plagiario: «Tomaba de los demás todo lo que podía tomar». Así definen unos documentos recientemente descubiertos, de una fuente «amiga», al considerado actualmente como uno de los grandes filósofos de Inglaterra, el llamado «padre del liberalismo», a John Locke .
Felix Waldmann , profesor de historia en Cambridge, encontró las breves memorias en la Biblioteca Británica mientras revisaba los documentos de un historiador del siglo XVIII, el cual había comprado unos manuscritos en las que, en el prefacio a unas obras de Lock del periodista Pierre des Maizeaux había unas cinco páginas escritas en francés en la que este entrevistaba a alguien que conoció supuestamente bien a Locke...
Para empezar, lo más importantes es que se reconoce que el filósofo ilustrado había leído ' Leviatán ', de Thomas Hobbes , una obra muy controvertida en su día y que Locke habría negado siempre («lo tenía casi siempre en su mesa»). El anónimo informante es James Tyrrell , un amigo cercano a Locke. La pareja se conoció en Oxford en 1658 y mantuvo correspondencia durante la mayor parte de sus vidas. Locke permaneció en la casa de Tyrrell durante varias semanas, y Tyrrell se hizo cargo de muchas de las posesiones de Locke entre 1683 y 1689 cuando el filósofo fue exiliado a los Países Bajos, según explica 'The Guardian'.
Así, las memorias comienzan con un recuerdo de la época de Locke en Oxford donde, según Tyrrell, Locke «no estudió en absoluto; era holgazán y despreocupado, y se divertía con pequeñas trivialidades de ingenio». También cuenta que recitaba «pomposamente máximas muy comunes», porque estaba «lleno de la buena opinión que tenía de sí mismo, estimaba solo sus propias obras y las que personas que lo alababan».
Tyrrell también afirma que uno de los libros de Locke era «una copia de otro que afirmó no haber leído nunca», a pesar de que Locke había sido «incitado» a comprar el libro años antes. Waldmann describió esta acusación como «un poco fuerte», pero es llamativo que le acuse de plagiario. Y también le llama: «Avaro, vanidoso, envidioso y reservado al exceso. Le quitó a los demás todo lo que pudo, y se benefició de ellos ».