Audrey Azoulay, exministra de Cultura francesa, elegida nueva directora general de la Unesco
La joven política ha superado en la última votación Hamad bin Abdulaziz al-Kawari, exministro de Cultura de Qatar
Audrey Azoulay (45 años), francesa de familia judía marroquí, ha sido elegida directora general de la Unesco, eliminando en la última votación Hamad bin Abdulaziz al-Kawari , ex ministro de cultura del emirato de Qatar. André Azoulay, el padre de la nueva directora general de la Unesco, fue un eminente consejero político y financiero de Hassan II y Mohamed VI, Reyes de Marruecos.
Educada en el seno de una familia de la más alta burguesía franco-marroquí, con muchos lazos personales y empresariales con una cierta élite política influyente, en París y Rabat, Audrey Azoulay cursó estudios de Derecho, Finanzas y Administración Pública. Conoció a su futuro esposo en la Escuela Nacional de Administración (ENA) uno de los «viveros» clásicos de la clase política francesa.
Audrey Azoulay fue nombrada ministra de cultura por François Hollande el 2014. Y ejerció el cargo durante dos años cortos . Con anterioridad, había hecho una carrera brillante como funcionaria, banquera y directora de instituciones relacionadas con el mundo audiovisual y la burocracia cultural.
Educada en las mejores escuelas de oratoria francesa, Azoulay fue una estudiante «rebelde»
La prensa rosa ha presentado a la nueva directora general de la Unesco como una «amiga íntima» de Julie Gayet , la actriz y compañera sentimental del ex presidente François Hollande . Azar o coincidencia, es cierto que los destinos profesionales de Azoulay y Gayet se han cruzado en bastantes ocasiones, en el terreno siempre complejo de la producción cinematográfica y audiovisual, indisociables de las subvenciones de Estado.
Como ministra de cultura del último gobierno de François Hollande, durante dos años cortos, Azoulay no tuvo tiempo de dejar una huella personal muy profunda. Delgada, elegante, educada en las mejores escuelas de oratoria francesa, la nueva directora general de la Unesco fue una estudiante «rebelde» según sus confesiones personales. Cuando su padre ofrecía consejos políticos y bancarios al Rey de Marruecos ella participó en numerosas manifestaciones estudiantiles contra las políticas conservadoras de su época.
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