SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

La audaz espía que puso en jaque a la Gestapo y causó mas de mil bajas en las filas nazis

Nancy Wake se convirtió en una leyenda de la Resistencia francesa por su valor y las acciones contra el Ejército de ocupación y degolló a un soldado alemán con sus propias manos

Pedro García Cuartango

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Fue la mujer más buscada de Francia por la Gestapo, que llegó a ofrecer cinco millones de francos por su cabeza. Pero nunca la capturaron pese a tener bajo sus órdenes a cientos de miembros de la Resistencia. Nancy Grace Wake había nacido en Nueva Zelanda en 1912, pero vivía en Marsella en 1939 cuando estalló la II Guerra Mundial. Los alemanes la bautizaron como «El Ratón Blanco» por su carácter escurridizo, convertido en leyenda .

Estaba recién casada con un industrial llamado Henri Edmond Fiocca cuando el Ejército de Hitler entró en París en junio de 1940. Nancy Wake se alistó en la Resistencia , jugando un papel clave en la organización y los contactos de su red clandestina en Marsella. La Gestapo empezó a sospechar de ella y la sometieron a una discreta vigilancia. Pero tras un chivatazo de un confidente de los alemanes, logró huir a Gran Bretaña después de cruzar los Pirineos en el otoño de 1943. Su marido optó por quedarse en su domicilio y fue arrestado, torturado y ejecutado . Pero su esposa no lo supo hasta que acabó la contienda.

Nada más llegar a Londres fue reclutada por la unidad de operaciones especiales del Ejército británico. Unos meses después, en abril de 1944, fue lanzada en paracaídas en la región de Auvernia para contactar con sus viejos amigos de la Resistencia. Su misión era servir de enlace con el Gobierno de Londres, que ya estaba preparando el desembarco de Normandía .

Durante las semanas que transcurrieron hasta ese momento, Nancy Wake operó en el área de Montluçon, donde se dedicó a sabotear vías e instalaciones industriales. También dirigió un ataque con decenas de hombres contra la sede de la Gestapo en esa localidad.

Con los aliados en suelo francés, Wake siguió trabajando en misiones tras el frente enemigo. Asumió la coordinación de los maquis desperdigados por el interior y, concretamente, planeó y ejecutó misiones de castigo contra los miembros de la Gestapo y de las SS. Se calcula que causó más de mil bajas en las filas nazis .

Wake era una mujer de extraordinario valor que no dudó en degollar a un soldado alemán cuando iba a dar la alarma. También viajó en bicicleta cientos de kilómetros para entregar unos códigos de comunicación a un grupo de la Resistencia. Tras el final de la guerra, sus jefes alabaron su increíble coraje . Y ello le reportó condecoraciones como la Legión de Honor, la Croix de Guerre y la Medalla de la Libertad, otorgada por el Congreso de Estados Unidos.

En 1947, decidió volver a Australia, donde había vivido durante su infancia y adolescencia. Se presentó como candidata a diputada en el Parlamento por el Partido Liberal. No salió elegida y tampoco en la convocatoria siguiente. Frustrada por esos fracasos, decidió retornar a Gran Bretaña , donde se casó con un piloto de la RAF .

Siempre mantuvo una relación difícil con su país de adopción y de nacionalidad. Acusaba al Gobierno de Canberra de no reconocer su contribución en la guerra y, por ello, se negó a ser condecorada . No fue hasta 2004, siete años ante de su muerte, cuando aceptó ser distinguida con la Orden de Australia.

Volvió a Londres a pasar el último periodo de su vida en una residencia para excombatientes y murió en 2011, a los 98 años , de una afección respiratoria. Cumpliendo su voluntad, sus restos mortales fueron incinerados y esparcidos en los campos de Montluçon , donde había combatido a los nazis .

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