Vista general de la Sala Capitular de la Catedral de Toledo. Las figuras poseen una expresión impactante (aquí se muestran antes de reintegrar las pérdidas de pintura). La técnica de dibujo de inspiración flamenca permite observar todos los detalles. La emoción de las pinturas sobre la Pasión de Cristo conmueve a quien las contempla. Retrato del arzobisbo Ximénez de Cisneros, que proyecto la Sala Capitular. Todos los arzobispos de Toledo están retratados en vivísimas pinturas. Antonio Sánchez Barriga, restauador jefe, debate con el equipo una intervención. Las partes agrietadas se han reintegrado manteniendo una mínima diferencia de color. El trabajo delicado de los restauradores ha devuelto el esplendor a los murales. La tecnología ayuda a los restauradores a realizar el milagro de recuperar las pinturas con su belleza original. La calidad de la pintura de Juan de Borgoña es insuperable. A la salida, una frase en latín recordaba a los obispos la necesidad de guardar silencio sobre lo hablado en la Sala Capitular. Aparte de la recuperación de las pinturas hay una nueva iluminación controlada por software y se ha climatizado la sala para que no sufran los murales. El proceso ha sido largo y meticuloso, pero el equipo ha contado con los mejores profesionales para su planificación y ha terminado con un renacimiento de las pinturas.