Pérez-Reverte, Muñoz Molina... 'Apoyo a Sergio Ramírez': centenares intelectuales se unen contra la persecución al premio Cervantes
Una carta pública reúne la firma de más de doscientos literatos, periodistas o cineastas. Además, el editor costarricense Juan Hernández promueve una iniciativa audiovisual para protestar «contra la dictadura de Ortega-Murillo»
Han tenido que pasar unos días, desde que el miércoles pasado la Fiscalía de Nicaragua pidiera la detención del premio Cervantes Sergio Ramírez por «conspirar» e «incitar al odio», para que se haya producido, por fin, cierto 'despertar' en defensa del escritor. Primero fue la RAE, después supimos de una iniciativa audiovisual encabezada por el editor Juan Hernández y, a la vez, se estaba gestando una carta pública con más de un centenar de literatos, periodistas o académicos en contra de este hostigamiento y en solidaridad con la sociedad nicaragüense «sometida ahora a una dictadura cuya escalada represiva está lejos de terminar». Del ministerio de Cultura todavía no se sabe nada.
«La persecución que lleva a cabo el Gobierno de Nicaragua contra el escritor Sergio Ramírez es un atentado a la libertad y un insulto a la inteligencia. Sergio Ramírez no sólo es un intelectual de primer orden, sino que también ha sido siempre un hombre comprometido con el destino de su país, al que ha rendido servicios inolvidables. Los cargos que se han fabricado contra él —y contra casi cuarenta presos políticos— son la demostración palpable de la deriva represora del régimen, decidido a acallar a sus opositores mediante la cárcel u obligándolos al exilio», explica la carta que se puede leer en este enlace .
Entre los firmantes, encontramos a populares escritores, periodistas, cineastas o artistas del ámbito español y suramericano como Arturo Pérez-Reverte , Héctor Abad Faciolince , Ana Belén , Juan José Campanella , Enrique Krauze , Luis Landero , Jorge Lanata , Julio Llamazares , Antonio Muñoz Molina , Julia Navarro , Aitana Sánchez-Gijón o el premio Nobel Mario Vargas Llosa , entre muchos otros.
«Preparémenos para defenderlo»
Ayer contábamos también, que en aquel entonces, entre las escasas iniaciativas de protesta que habían surgido tras la orden de captura al premio Cervantes Sergio Ramírez , una muy singular había nacido del gremio literario, impulsada por Juan Hernández , editor en Centroamérica y afincado en Costa Rica, que había recopilado en un vídeo a varios escritores y periodistas que «nos una contra estos atropellos y esa violencia que en estos momentos vive todo el pueblo nicaragüense».
Para ello, Hernández movió por correo electrónico una propuesta entre sus conocidos, que se expandió, en donde les pedía que grabaran un breve vídeo leyendo un texto de denuncia para «demostrar nuestro apoyo y el repudio a la violencia que se vive en Nicaragua». El plazo para incorporarse a esta campaña acaba este domingo 12 de septiembre y en él ya han partipado: Margo Glantz (México), Patricio Pron (Argentina), Jesús García Calero (España), Alejandra Costamagna (Chile), Berna González Harbour (España), Piedad Bonnet (Colomnia), Fernando Iwasaki (Perú), Melina Flores (México), Alexander Jiménez (Costa Rica) y Liliana Pedroza (México), entre otros.
En el texto los denunciantes explican a cámara que Ramírez es «un escritor comprometido con la democracia, la paz y la libertad del pueblo nicaragüense. La dictadura de Ortega-Murillo pide su detención y allana su casa, la casa de un escritor, donde habitan libros, palabras y sueños de libertad. Con este acto de violencia y abuso de los instrumentos legales, buscan detener una voz que es la voz de millones de nicaragüenses que piden libertad, justicia y democracia para su país».
Hablando desde su casa en la montaña, el impulsor de esta defensa de Ramírez («a quien admiro muchísimo, pero con el que he cruzado dos veces palabras en mi vida») no entiende « por qué no hay más gente conversando sobre esto, por qué estos temas políticos se conversan debajo de la mesa , por qué no hay un debate más grande». Le inquieta que si «no hay una respuesta internacional ni preocupación estamos a un brinco que suceda en todos lados y en Centroamérica».
Para Hernández, Daniel Ortega y Rosario Murillo , presidente y vicepresidenta de Nicaragua, han ido «sistematicamente cercenando políticos, medios de comunicación, disidentes, aparatos culturales... ¿Qué es lo que queda? Las grandes figuras de trincheras pacíficas desde libros, proclamas o tribunas, que suelen ser Sergio y Gioconda Belli , son los más reconocidos. Y ahora se arremente contra Sergio», apunta. Y recuerda el golpe militar de Chile, otro 11 de septiembre («una evidencia fortísima de cómo operan las dictaduras a veces»), pero que, en este caso, utilizan instrumentos legales. «Son golpes técnicos a los aparatos democráticos para perpetuarse. Me preocupa que este 11 de septiembre estemos utilizando leyes que nacen después del 11-S en Estados Unidos, que es el ciberterrorismo y la incitación al odio, y se están utilizando esos argumentos, que nacen por otros motivos, para silenciar voces. Están pidiendo el encarcelamiento para periodistas, para tuiteros, blogueros... Es terrible».
Sergio Ramírez es ahora el intelectual perseguido por el actual dictador de Nicaragua Daniel Ortega y esto afecta a toda la comunidad intelectual latinoamericana. Preparémonos para defenderlo.
— Elena Poniatowska (@Eponiatowska) September 10, 2021
Al editor también le alarma cómo se desligan algunos temas de la vida cultural. «La Feria del Libro de Madrid tiene a un Cervantes que está siendo perseguido, algo que no tiene ni pies ni cabeza, y que es un mensaje de terror, en el fondo». Y vuelve al debate inicial: «No es que toda la literatura tenga que ser comprometida socialmente, pero nos dedicamos a la palabra, al diálogo. Creo que lo que hacemos es la última frontera antes de un conflicto bélico. Y en una situación como esta, que están persiguiendo a alguien por lo que escribe, por lo que lee y sus opiniones, y que no alcemos la voz es preocupante. De hecho, Elena Poniatowska en un tuit lo dice: «Preparémonos para defenderlo». Esto es una ataque a todo lo que conocemos. Permitir que se haga eso es abrir las puertas a una serie de barbaries. Entonces, ¿ todo este montón de productos culturales que generamos para qué sirven si no tenemos la capacidad mínima de hacer un comentario en Twitter, en Facebook o un vídeo?».