Annunziata Murgia, la italiana que ha vuelto al cole a los 90 años

Esta nonagenaria, que abandonó los estudios por la Segunda Guerra Mundial, lamenta que «el mundo siga cometiendo los mismos errores que cuando era niña»

«Si no te cuidan que no hereden»: el grito de guerra de los mayores frente a los hijos y la ley

Annunziata, en la imagen sentada en su pupitre, ha vivido parte de la historia que estudia ABC
Ángel Gómez Fuentes

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No se acaba nunca de aprender. Lo demuestra la historia de Annunziata Murgia, de 90 años , que asiste a una escuela nocturna en Dolianova, municipio de 9.000 habitantes en el sur de Cerdeña. Annunziata tuvo que abandonar las clases a causa de la Segunda Guerra Mundial y luego buscar un trabajo. Ahora regresa a las aulas para estudiar y obtener el diploma de ‘licenza media’ de la escuela secundaria, con un examen que realizará en junio. Después de una larga vida de trabajo, familia y sacrificios, Annunziata pasa buena parte de su jornada entre libros, cuadernos, tareas caseras y por la tarde acude a la escuela.

No le pesa el estudio ni teme el examen: «Al contrario, es un sueño» , afirma a ‘Il Messaggero’. «Siempre he disfrutado estudiando. Me gusta. Pero no pude ir a la escuela por la guerra. En ese momento, todo cambió para mí. Tuve que ponerme a trabajar y aprender un oficio. En mi familia no éramos ricos. En esa época, sólo podían estudiar los que tenían el dinero».

Aprendió a coser cuando era niña y trabajó como costurera, «un oficio que hice con pasión toda mi vida». Al mismo tiempo lo enseñó a las jóvenes: «Siempre las he animado, les decía que no existe el verbo ‘no sé hacerlo’, solo existe el ‘quiero aprenderlo’». Annunziata cultivó también su pasión por la lectura . Asegura que leyó muchos libros y «estudiaba sola, siempre que podía». Por eso ahora, se siente feliz en la escuela, explica al diario ‘L’Unione Sarda’: « La escuela me ayuda a salir adelante , a pesar de algunos problemas de salud. Hace poco sufrí una fractura de fémur, lo que me ha creado problemas. Ya no puedo subir en bicicleta. Y pensar que hasta hace dos años hacía seis kilómetros diarios. Ahora me resulta más difícil caminar , pero ciertamente no me quedo quieta. Voy a todas partes. Ir a la escuela me distrae. Los profesores son muy buenos, gente especial porque me dan fuerza e ilusión».

«Lo siento por lo que les ha tocado vivir a los jóvenes de hoy. Mis compañeros de clase son como mis nietos»

Sus profesores destacan que sigue con gran interés y aprovechamiento las lecciones. «Ama la gramática y tiene una gran pasión por la política : las discusiones con ella son siempre animadas y constructivas», explica Marina Pilia, profesora de literatura. «Es el alma de las lecciones , comparte los recuerdos de su vida con toda la clase. El relato de sus vivencias permite a los demás comprender las dificultades a las que hay que hacer frente, tal como ella hizo», concluye la profesora. No en vano, su materia favorita es, además de la música , la historia : «Siempre me ha fascinado, quizás porque he vivido parte de lo que se enseña directamente», explica.

Ahora sigue también con interés y preocupación la guerra de Ucrania: «Todos los días me pregunto cómo es posible que el mundo siga cometiendo los mismos errores que cuando yo era niña. He visto guerras y lamentablemente sigo viendo las mismas cosas una y otra vez. Lo siento por los jóvenes, por lo que están viviendo con la guerra y el Covid. Mis compañeros de clase son como mis nietos ».

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