Ángel Antonio Herrera - LADRÓN DE FUEGO
La Movida que faltaba
«Hubo un tiempo, en Madrid, en que el goce inventaba cada día sus despilfarros»
La Movida fue un trasnoche a cualquier hora, y una revuelta con músicas de chicos bien, así en general, que usaban la biografía de recreo y el armario de desbarajuste. Quiero decir que hubo un tiempo, en Madrid, en que el goce inventaba cada día sus despilfarros, y cantaba Alaska de fondo, con la melena de antorcha de la bruja de todo aquel jaleo, en lo alto de los años ochenta. Podían triunfar incluso los que lo hacían bien. De todo eso ha venido a dejarnos aval y dato y tesoro un libro fastuoso de Javier Menéndez Flores, 'Madrid sí fue una fiesta', que se aúpa como la biblia completa y mejor de un tiempo donde salía espontáneo el día festivo, y la ciudad cumplía de cofre infinito para una juventud de piratería sin edades.
El libro se arriesga como diccionario de gentes o eventos de aquel tiempo, pero enseguida descerraja alegremente esta premisa para reseñar además locales, frases, y objetos de la movida, desde el Rockola al vídeo, todo glosado con prosa de escritura y el detalle primoroso o recóndito de archivo. Se aportan fotos, en una edición que deviene en una rara y hermoseada artesanía. El resultado es rico, anchuroso, único. De modo que estamos ante el inventario de la época más efervescente y memorable de Madrid, que incluye a Tierno Galván, y a Pedro Almodóvar, y a Santiago Auserón, obviamente, pero visitando otras movidas dentro de La Movida, siempre bajo el afán insomne de la información masiva y el entretenimiento en pie.
Javier Menéndez es un sabio largo de esta época madrileña, pero también española, por su labor porfiada de cronista, en libro o periódico, y porque ha sido transeúnte de vampirismo de esos años, con melena de guapo y botas de serpiente. Conoce el paño y conoce a la tribu. Este libro no es el libro de alguien que pasaba por allí, sino de un melómano del vivir que anidó en el mapa de la Movida porque entrenó en sus bares y curó la resaca con poemarios. Hacía falta un libro sólido sobre la Movida que no resultara celebratorio, o justiciero, porque sí, sino enterado y nutrido y ameno. Aquí lo tenemos. Se entra a sus páginas como a una discoteca donde comparten barra los golfos y los cultos.