Los Amigos de Aleixandre reclaman la máxima protección patrimonial para Velintonia
La asociación pide aplicar a la casa del poeta la figura del BIC, y no la del BIP por la que apuestan el Ministerio de Cultura y la Comunidad de Madrid
La Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre presentó este martes un escrito de alegaciones a la resolución incoada por la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid para declarar Bien de Interés Patrimonial (BIP) la casa del poeta de Velintonia , en Madrid, y reclamó aplicarle al inmueble la figura del Bien de Interés Cultural, la máxima protección contemplada por ley.
En el escrito, en el que la asociación enumera varios errores contenidos en el informe emitido por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, los Amigos de Aleixandre entienden que la declaración BIP «permitiría alterar, modificar o destruir, aunque fuera parcialmente, el interior del bien, y también dar un uso al mítico inmueble contrario al que reclama su propia historia y naturaleza».
A su juicio, «no se puede desnaturalizar lo que [Velintonia] simboliza, ni negar su justa y necesaria utilidad cultural pública con una protección, a todas luces, insuficiente y peligrosamente concesiva». Otorgarle el valor BIP en lugar del BIC, añade el escrito, «es permitir su destrucción en el sentido menos simbólico del término y privar a las generaciones futuras de un sitio histórico de enorme excepcionalidad».
En Velintonia, el premio Nobel reunió a la generación del 27 y a los escritores más señalados de la posguerra. Allí escribió el grueso de su obra antes de su muerte, en 1984. A lo largo de estas cuatro décadas ninguna administración ha solucionado un problema que se ha complicado en los últimos meses: como adelantó ABC, el pasado mes de abril, a instancias de los herederos, un juez decretó la subasta pública de la vivienda .
A esta situación se refiere la asociación que preside Alejandro Sanz en las alegaciones presentadas. «La casa no está solo actualmente en venta, sino, lo más grave, pendiente de una subasta pública judicial, hecho que debería ser conocido por parte de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte». En la incoación del expediente, en efecto, no se menciona esta circunstancia.
Los Amigos de Aleixandre, en su escrito de alegaciones, señalan que «la casa de Vicente Aleixandre no es un continente vacío», sino que «en sí misma es un valioso contenido de su universal legado, un lugar excepcional vinculado a acontecimientos que han tenido una especial relevancia histórica y, como tal, debe respetarse y preservarse».
Para justificar la figura del BIC, la asociación hace referencia a los artículos 2.1 y 3.1.e) de la Ley de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid. También señalan el artículo 46 de la Constitución, que vincula a los poderes públicos con la conservación y enriquecimiento del patrimonio histórico español.
La Comunidad de Madrid incoó este expediente en diciembre en base a un informe de junio emitido por la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura y Deporte. En él, el Ministerio de Cultura justifica la figura del BIP porque «sin tener valor excepcional», la casa de Vicente Aleixandre de Madrid sí destaca «por su especial significación histórica».
Uno de los motivos por los que el ministerio y la comunidad han apostado por la figura del BIP es porque en la vivienda no hay nada de valor, ni mobiliario ni el archivo del poeta, en manos de la viuda del poeta Carlos Bousoño .
Entre los errores que figuran en el expediente incoado por la Comunidad de Madrid, según los Amigos de Aleixandre, figuran datos como que Aleixandre se trasladó a la capital en 1917, que recibió el premio Francisco Franco o que lo habitó durante 57 años. La asociación aclara que el poeta se trasladó a Madrid en 1909 y que durante la guerra, cuando Velintonia fue bombardeada, Aleixandre hubo de trasladarse a la casa de sus tíos. Regresó en 1940.
Los Amigos de Aleixandre aclaran también que la construcción del chalé comenzó a finales de los años 20, y no a principios, y que el cedro del Líbano del jardín no lo plantó el escritor en 1927, sino en 1940, «cuando regresa junto a su hermana, como símbolo de una nueva época personal».
A este respecto, según recoge Europa Press, fuentes de la Comunidad de Madrid han indicado que se trata de un procedimiento y un texto «vivo» que admite aportaciones, adaptaciones y mejoras durante el transcurso del mismo.