Alejandro Amenábar - Visiones de la Gran Vía
«La Gran Vía así no va a parecer real»
El cineasta rememora la poderosa imagen de pesadilla que filmó en «Abre los ojos» con la calle vacía y que ahora se ha hecho realidad con el coronavirus
En estos días muchos amigos me han mencionado aquel plano de la película «Abre los Ojos», con la Gran Vía madrileña vacía , como si hubiera tenido entonces una premonición. En absoluto. La verdad es que no recuerdo bien por qué Mateo Gil y yo decidimos empezar el guion de la película con aquella estampa, pero supongo que fue porque representaba como pocas la pesadilla perfecta de la alienación. Y recuerdo que, rodando aquel día, un tipo se me acercó y me dijo: «¿Tú eres el director? Que sepas que yo he trabajado de extra en el cine y así, sin extras, no va a parecer real.» Ironías del destino .
Desconocemos a qué nuevo escenario mundial nos conducirá esta pesadilla, pero sospecho que las consecuencias económicas, geopolíticas, sociales, psicológicas… serán históricas. Mientras ahí fuera, en los hospitales, la gente se debate entre la vida y la muerte, los demás esperamos, y esperaremos, quién sabe por cuánto tiempo. Y esta reclusión domiciliaria se está viviendo en muy diferentes circunstancias, en mi caso, como el de mucha gente, desde la casi absoluta soledad . Para sobrellevarla no hay mucho más que pueda recomendarles que no hayan visto, oído o leído en los medios, así que me limitaré a expresarles una sensación: creo que en los últimos días he hablado o me he reunido (virtualmente) con más gente que en el último mes. He reforzado vínculos con los que más quiero y los he recuperado con aquellos a quienes tenía un poco abandonados. Es posible que haya algo muy positivo en el fondo de todo esto. Se suele considerar que las tecnologías tienden a alienarnos. Yo al menos, alérgico a las redes sociales, así lo he predicado en los últimos años. Y sin embargo en este caso son precisamente una herramienta vital para derribar ese muro de aislamiento día tras día: nuestros hermanos, madres, abuelos, amigas y posibles nuevos amigos… están ahí mismo, al otro lado de la pantalla de nuestro dispositivo . Solo hay que llamarles o escribirles. Intentemos reforzar la compañía, mantener el humor, quedar para cenar «online», inventar juegos… Yo desde luego ya lo estoy haciendo y en medio de este horror he sido capaz de pasar un par de buenos ratos y levantar el ánimo, que buena falta me hace. Porque les aseguro que yo, como muchos de ustedes, ya estoy sufriendo personalmente la tragedia de esta situación.
Nada más. Mucho ánimo y suerte para tod@s. Y espero con ilusión ese día en que ustedes y yo podremos encontrarnos en el parque, o en la Gran Vía y darnos un buen abrazo.