Música
Al-Mutamid renace en la torre medieval más alta de Portugal
Una performance retransmitida por streaming pone una nota discordante en el festival Terra Mágica celebrado en Beja
Fue, según algunos investigadores, el primer alentejano, aunque los límites de esta región portuguesa no existieran como tales cuando vio la luz en el año 1040. La primera edición del festival Terra Mágica, celebrado en Beja entre los días 2 y 4 de junio, ha girado en torno a su figura, de ahí la programación, que aúna fado, flamenco, cantos alentejanos y gnaoua . Aún debe crecer en su estructura, pero el evento ha dejado algún momento memorable durante su desarrollo.
«Al-Mutamid tuvo un gusto especial por las artes. Fue el más libre de todos los autores; al ser el rey, no necesitaba mecenas . Y fue definitivamente mejor como poeta que como rey», asegura el estudioso Carlos Gomes, cuya conferencia puso el punto de partida de este encuentro al que han asistido durante tres días artistas como Duquende, Ricardo Ribeiro, la bailaora Macarena López y Maalem Omar Hayat, todo un icono en el mundo árabe.
«A través de sus textos y de la música podemos establecer puntos de unión entre las culturas que tocó, ya que vivió distintas etapas en lugares que lo condujeron del éxito político y familiar al máximo declive, cuando es deportado y encarcelado en Tánger. Enrique Morente, Carlos Cano y Eduardo Panigua , tan diferentes entre sí, le han interpretado. Hay una base común en su música que después se desarrolló en cada territorio de una forma, con sus traducciones, pero una misma estructura. En el Alentejo, en Sevilla, en Granada, Marruecos…», argumenta.
El tributo que se le rindió al 'Rey poeta', como se le conoce, desde el castillo de Beja , sin embargo, parece un verso suelto dentro de esta historia.
Danza contemporánea en las alturas
Esta construcción, que cuenta con la torre de homenaje medieval más alta de Portugal, con 42 metros de altura, sirvió de escenario a la performance de la actriz y bailarina Catalina Lucrecia, HD Subtance y Carlos Mil Homens, percusionista , por cierto, en la última gira de Madonna . La actuación, que se retransmitió en streaming, combinó a lo largo de una hora danza contemporánea y electrónica con la piedra y el horizonte como telón de fondo, además de la intención de ahondar en las fuerzas telúricas del lugar.
Francisco Carcaval , quien estuvo al frente del desaparecido Teatro Martín en la Transición, más tarde del Teatro Alfil y ahora de este festival, lo resume así: « Queremos deconstruir. Mostrar el origen de las cosas y después su lado más moderno . Cómo las artes dialogan entre sí y siguen conservando parte de la esencia es sumamente interesante. Lo de la torre ha sido eso en su máxima expresión. Cómo todo se conjuga ahí arriba. La presencia de Al Mutamid que estamos sintiendo estos días al poner en escena manifestaciones de las culturas ibéricas parece indudable».
La idea de fondo, en realidad, se deduce desde el paseo que nos dirige hasta la fortificación, que cruza toda la localidad. Beja, como tantos otros pueblos y ciudades lusas, empezando por su capital, combina heridas en fachadas y tejados con graffitis que buscan la contemporaneidad y esculturas de reciente creación que causan bellos contrastes. Solo desde el lugar donde nació, a casi 50 metros de altura y entre almenas se podía invocar a Al-Mutamid por medio de la electrónica y el movimiento libre del cuerpo, sin más directrices que la libre creación, como la poesía de aquel que cultivó las letras sin órdenes. El arte que surge ya de lo difuso y, además, se ramifica.